Un aumento repentino de ataques de lagarta cortadora ha causado daños en cultivos de avena recién implantados en el litoral norte, obligando a algunos productores a resembrar. El Ing. Agr. Martín Córdoba Grasso, de Cooperativa Calsal, señaló que el problema fue detectado en chacras pequeñas, donde «había lotes naciendo muy bien, pero en cuestión de días la avena desapareció».
La aparición de la plaga es repentina y difícil de prever, según Córdoba Grasso. «Lo que sí se puede hacer es recorrer la chacra periódicamente y con bastante frecuencia», recomendó, advirtiendo que la detección temprana es clave para evitar mayores pérdidas. En caso de ataque, el tratamiento con insecticidas es efectivo y de bajo costo en comparación con la implantación de la pastura. «Con una aplicación adecuada, el problema se soluciona rápidamente», señaló el especialista. La clave es actuar antes de que el daño sea severo y sea necesario resembrar.
Si es necesario resembrar, la decisión dependerá de la necesidad forrajera de cada productor. La avena sigue siendo una opción viable dentro del período óptimo de siembra. «Además, la siembra de raigrás se ha venido postergando por el calor, pero con lluvias y temperaturas más bajas comenzará a moverse con más fuerza», explicó.
En cuanto a variedades, el profesional recomendó para esta zona la siembra de Avena 1095 por su precocidad, permitiendo el pastoreo en 40 a 45 días. Para un planteo mixto, la Avena Columba ofrece mayor producción de grano. También destaca la Avena INIA Capela, de ciclo largo, con alta producción de forraje y resistencia a la roya.
La disponibilidad de semillas es buena y los precios accesibles. Córdoba Grasso señaló que el interés en la siembra se mantiene firme, impulsado por el buen precio de la carne y la necesidad de fortalecer la producción de forraje.
