
Por Andrés Torterola.
El 12 de mayo de 2023 en la intersección de calle Brasil y Dr. Emilio Bilbao, se produjo un trágico siniestro de tránsito que cobró la vida de Joel, un ciudadano colombiano de 27 años, y su pareja Camila, de 19. Según las pericias, la conductora del automóvil que impactó contra la moto en la que se desplazaban los jóvenes cruzó el semáforo con luz roja.
La sentencia fue dictada por el juez penal de 4º Turno de Salto, Dr. Paulo Aguirre, quien determinó que la mujer de 41 años que conducía el automóvil cruzó la esquina mencionada con el semáforo en rojo, lo que provocó el siniestro fatal. Fue hallada culpable del delito de homicidio culposo con resultado de muerte de dos personas y condenada a tres años de prisión.
PRISIÓN DOMICILIARIA
La mujer fue evaluada por un psiquiatra forense, quien concluyó que no se encontraba en condiciones de ser enviada a un establecimiento carcelario. En función de este informe, las autoridades judiciales resolvieron que la condena debía cumplirse bajo régimen de prisión domiciliaria.
En ese marco, la Justicia dispuso que los primeros seis meses de la pena se cumplieran con prisión domiciliaria y los siguientes dos años y medio bajo régimen de libertad a prueba, con las siguientes condiciones: Cumplir 10 meses de trabajo comunitario, presentarse diariamente en la seccional policial correspondiente a su domicilio, prohibición de conducir cualquier vehículo automotor durante los próximos tres años y prohibición de salir del país o cambiar de domicilio sin previa notificación al juzgado.
En ese contexto, CAMBIO dialogó con familiares de Camila, la joven de 19 años fallecida en el trágico siniestro, quienes expresaron su profunda desilusión con el fallo judicial, en particular con la evaluación realizada por el psiquiatra forense.
Según manifestaron, les resulta incomprensible que una persona que causó la muerte de dos jóvenes al cruzar un semáforo en rojo no sea enviada a prisión y consideran que, si a todos los responsables de este tipo de hechos se les aplicara una pericia similar, probablemente muy pocos cumplirían condena en un establecimiento penitenciario.
NO ES PROPORCIONAL
Los familiares también se mostraron indignados ya que desconocen si existe un cumplimiento efectivo de la pena. Se cuestionan si la mujer condenada está realmente cumpliendo con las condiciones impuestas por la Justicia y señalaron que, desde su perspectiva, la sanción no es proporcional a la gravedad del daño causado.
Lamentablemente, la tragedia no concluyó con la muerte de los dos jóvenes. Hace dos meses el padre de Camila se quitó la vida. Si bien no se puede afirmar con certeza que su decisión fue consecuencia directa del siniestro, sus allegados aseguran que atravesaba una profunda depresión desde el fallecimiento de su hija, dolor que nunca logró superar. Su suicidio añadió un nuevo manto de sufrimiento a una familia ya devastada por las pérdidas.