Por Andrés Merino
Mi padre los llamaba «zonzos útiles» a quienes buscan siempre el medio de la correntada y evitan las definiciones claras y decisiones terminantes. Prefieren que los enemigos ganen terreno a cambio de que no hagan muchas olas, y si de patear la pelota hacia adelante se trata, son especialistas. Ya vendrá otro que ajustará las tuercas.
Tal fue la actitud de Obama, el Presidente «macanudo» que le dejó varias minas terrestres sin explotar a Trump, como ser el crecimiento comercial desmedido de China gracias a competencia desleal y mano de obra esclava entre otras linduras que estaban acabando con la industria y agro americano y occidental; una Corea del Norte desafiante y envalentonada dirigida por un siquiátrico «niño-hombre»; un Medio Oriente convulsionado y presa de un expansionismo fanático fogoneado por el régimen iraní; una Venezuela fundida en manos de un delincuente bravucón e ignorante; una Nicaragua en manos de un ladrón y violador; una Cuba siempre sometida a una de las dictaduras más antigua del planeta; y suma y sigue.
Bien que se cuidó Obama de tomar decisiones claras con respecto a todos estos desafíos. Pero era maestro de las Relaciones Públicas, y prefería postergar y correr los límites hasta donde pudieran llegar después de su Presidencia.
Y los que lo justificaron y aplaudieron eran los siempre presentes «zonzos útiles», abundantes en filas demócratas en Washington y prensa satélite que bien saben utilizar los bandidos planetarios para avanzar sobre las libertades de un Occidente distraído.
Previo a la Segunda Guerra Mundial, el zonzo útil de Neville Chamberlain ( Primer Ministro Británico de triste recuerdo) festejaba un acuerdo con Hitler, cándidamente engañado, mientras Winston Churchill rugía en solitario la crítica a tan suicida actitud. Recomiendo volver a ver en You Tube al gran papanatas de Chamberlain agitando el papelito del Tratado de No Agresión con la Alemania Nazi. La Historia puso las cosas en su lugar, pero no debería ser necesario pasar por otra guerra mundial para saber claramente dónde están los enemigos de nuestro estilo de vida democrático y occidental.
Espero francamente que en nuestro país, a las puertas de un cambio de gobierno, no prevalezcan los zonzos útiles que pretendan edulcorar y suavizar los golpes de timón que hay que dar en materias pendientes como la seguridad, la bancarización obligatoria y demás leyes genuflexas antilavado, educación, pérdida de valores familiares y de convivencia social, vergonzosa Política Exterior, etc., todos avances de un Comunismo gramsciano plenamente concertado.
A estas alturas, la frase «se acabó el recreo» suena como un bálsamo luego de tantos años de destrucción moral de este país.
Ya no hay más tiempo para decir Gre Gre en vez de Gregoria.
Si el Presidente Electo y sus socios de la Coalición Multicolor no se ponen guantes de hierro para resolver el quibebe que nos deja el Frente Amplio, se los llevan puestos como a Macri.
Los zonzos útiles son más peligrosos que el peor de los malos.
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