En 2014 y 2015 también los clásicos marcaron
Las comparaciones no son exactas en la medida que una Copa de Selecciones de OFI, la de 2015, tuvo catorce partidos, y la de 2020 tendrá dieciocho si se llega a las finales. Pero más allá del «odio» que representa enfrentar una con otra, según asevera el dicho popular, vale destacar que la actual campaña de Salto tiene varias características similares.
Entre las diferencias, la más importante es la económica, que dificulta que, por ejemplo en los traslados largos, las delegaciones viajen un día antes del partido para tener un buen descanso previo.
Pero yendo a las similitudes, el principal radica en los números. En promedios no hay diferencias significativas, a no ser con el torneo de Confederación Litoral Norte de 2014, en el que Salto ganó todos los puntos en juego. Ese campeonato no tiene parangón entre primeras fases, aunque luego se perdió las finales del Interior con Tacuarembó.
Pero fue al año siguiente que, superando en las finales a Maldonado Interior, Salto logró el título de OFI, que es el gran objetivo que persigue en este 2020. Aquel equipo de Ramón Rivas, al igual que este de Jorge Noboa, tuvo buenos clásicos.
Dijo el DT de la actual selección hace unos días, que esos partidos «marcan». Pues los tres procesos tienen números a favor ante Paysandú. En 2014 se ganó de local y visitante, en 2015 pasó lo mismo y en esta temporada se jugó cuatro veces, con dos victorias, un empate y una sola derrota, con la salvedad que ésta fue con nuestro equipo ya clasificado y con el primer puesto asegurado.
Las buenas campañas llevan consigo buenos enfrentamientos clásicos, que han terminado con campañas disputando definiciones del Interior.
Todavía cabe la posibilidad de que los de Noboa y los sanduceros que dirige Carlos Cabillón se vuelvan a encontrar y eso puede suceder solamente en las finales. Si se mantuviera la tónica…