El consorcio de rematadores de Plaza Rural realizó durante los últimos tres días, su remate 218, desde el hotel Cottage en la capital del país y con servicio de tv cable a todo el interior. El martillero salteño, Francisco Cánepa, participo de las ventas y explicó a CAMBIO que se tomaron por parte del consorcio todas las precauciones necesarias para evitar un posible contagio de coronavirus. En este sentido concurrieron al local de ventas únicamente seis rematadores, dos telefonistas y dos funcionarios de respaldo de los rematadores, por lo que el remate se realizó sin público presente, como tradicionalmente se realiza. Al cierre de las ventas, Alejandro Zambrano, dijo que el consorcio decidió una donación de cada empresa integrante por la suma de US$ 1.000, para la conformación de un fondo que junto a otras empresas lograran la suma de US$ 30.000, «para la compra de dos de los 200 ventiladores que se deben comprar de acá al invierno». Cánepa recordó que el consorcio se puso en marcha en plena situación de crisis por la fiebre aftosa, y en momentos como este demostró su importancia y vigencia en una situación que va más allá del tema sanitario puntual del coronavirus y donde muchos productores en zonas complicadas por la ausencia de preciptaciones, necesitaban realizar sus ventas. En cuanto a los valores, dijo que el remate «sorprendió» por la demanda, agilidad y buenos valores alcanzados. En este sentido remarcó el incremento del 3,5% en la categoría de terneros, marcando que el productor continúa mirando hacia el futuro. «El objetivo de Plaza se cumplió, no por cumplir con la fecha puntual, sino porque tenemos muchos clientes que están en zonas complicadas y necesitaban comercializar, principalmente en el este del país.
Era una obligación casi impostergable para nosotros realizarlo» dijo Cánepa, quien aclaró que en este caso, el remate no ofrecía ningún riesgo para la población en general.
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