Por Gustavo Varela
Son las 21 horas del miércoles 25 de marzo y por las ventanas de mi casa entran ruidos de todo tipo y color. Por un lado se escucha claramente el ruido a golpes contra chapas, y por otro, es inconfundible la música de nuestro Himno Nacional. Inmediatamente recuerdo que el Pit-Cnt había llamado a protestar contra el gobierno, aunque después parece que era contra el Coronavirus, no me queda claro contra quien es, pero el tono, inequívocamente, es de protesta. Por otro lado, se llama a defender la línea del gobierno, aunque tampoco me queda muy en claro el porqué, pues hace tan sólo 25 días que asumió y no me cierra ni tampoco le cierra a mis sobrinos más chicos, que no llegan a 5 años de edad.
Para colmo de males, me enfrasqué en un debate con Emilio Arredondo por Facebook, muy jugoso, que les recomiendo a quienes tengan esa red social, leerlo. El conocido Sociólogo me endilgaba que los amigos de los Partidos Tradicionales son todos empresarios poderosos que rayan casi a la misma altura que Drácula, y yo pensaba en aquellas reuniones que Mujica y Topolansky realizaban en el “Quincho de Varela” (con el cual no tengo nada que ver) donde se juntaban los Fripur, los Buquebús, las Princesas, la Imperialista ex Embajadora de los EEUU, entreverados con el “nene” que presidió la petrolera devastada, y pensaba para mis adentros, “estos nenes no tienen nada que ver con los PPTT. Bueno, ese tema lo dejamos para otro día.
Desde hace mucho tiempo vengo insistiendo que duele ver la grieta que se ha formado en el País luego del período de gobierno, que ha cambiado a partir del 1 de marzo, pero que se repite en toda América Latina, y que va a costar cerrarla, a pesar de todos los pesares.
Es incomprensible, aunque uno quiera ser suave, analizar lo ocurrido en la protesta del día de hoy, que la misma se haya llevado a cabo.
25 días de gobierno tan sólo para que ya lo estén adjetivando, de un total de más de 1800 días por venir.
Creemos que son muy pocos días para evaluarlo, con la dureza que lo están haciendo.
Creemos que nos merecemos por lo menos un tiempo más, para que se pueda llevar a cabo un análisis más objetivo, de los pasos que se dieron.
Porque además nos toca “bailar con la más fea”, como expresara Wilson Ferreira Aldunate, y no tenemos pereza de bailar con ella, como nos enseñó él, pero la orquesta ni siquiera ha comenzado a tocar.
Además, nos asombra que el País, después de 15 años de crecimiento, como nos lo contaron, se haya caído con la velocidad que se cayó por ésta crisis, que reconocemos que es muy grande, pero que esperábamos que la espalda que nos decían que tenía el Uruguay lo soportara un poco mejor.
Es claro que la intención es remar todos juntos, y que estamos pidiendo que los remos se distribuyan de la manera más justa posible. Pasos se están dando y se darán para que, aquellos que más sufren, y van a sufrir, lamentablemente lo hagan de la manera menos dolorosa.
No somos de mentir, ni de ocultar bajo subterfugios, ni de palabras bonitas, la realidad es que nos pegó, y que nos va a seguir pegando.
Pero sabemos que sólo unidos, tirando todos para el mismo lado, pidiéndoles a los demás lo mismo que supimos dar desinteresadamente los Blancos en el pasado, vamos a salir adelante, a los efectos de seguir construyendo el País que nos exigen todos.
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