viernes 19 de abril, 2024
  • 8 am

Libertad con responsabilidad

Gustavo Varela
Por

Gustavo Varela

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(Un bien preciado)
Por el Esc. Gustavo Varela.
Apenas instalado el actual gobierno multicolor que va más allá del Daymán, -aunque el Senador diga que no en su malhumorada filípica- y cuando se aprestaba a transitar los primeros momentos de su quinquenio, con furia, una pandemia, a la que llamaron “Covid19”, que vaya a saber dónde se originó golpeó furibundamente el planeta Tierra, de punta a punta en sus cuatro puntos cardinales.
El Uruguay venía saliendo, por decisión del soberano, de 15 años de gobiernos, que habían intentado acostumbrar a la población a que la libertad no es un bien jurídico que debiera ser decidida y disfrutada en forma individual por los ciudadanos, bajo un régimen de autodeterminación responsable y dentro de los límites que impone el orden jurídico. Por el contrario, el Estado había avanzado, avasallando de tal manera sobre los derechos individuales, que decidía por sí, y ante sí, la suerte a la que debía someterse la ciudadanía, en muchos ámbitos cotidianos, llegando incluso a tolerar y tomando graciosamente, lo expresado por un Presidente que afirmaba con aire triunfalista que lo “político debía de estar sobre lo jurídico”, sentando un precedente por demás disparatado.
Para enfrentar a tal letal virus, el gobierno debía de enfrentar una disyuntiva. Si seguir el camino anterior, donde algunos iluminados, sentados generalmente en las mieles palaciegas, decidieran que se podía hacer o que se podía no hacer, sin importar el sentido común, que es el más común de los sentidos, o tomar por el camino más difícil, que es permitir que la gente decida responsablemente su destino, sin utilizar esa poderosa arma llamada prohibición.
El nuevo gobierno, apeló al uso de la “libertad responsable” que tiene que ser llevada a cabo por las propias personas, y por el contrario, dejó de lado el concepto de “libertad tutelada” a las que apelaron los gobiernos de izquierda en el pasado.
La “exhortación” es la regla general y no la prohibición, permitiendo que el libre albedrío de las personas sean las que decidan responsablemente la conducta a seguir para el combate a dicho flagelo.
Por cierto que hubo resistencias desde diferentes grupos que ejerciendo presiones corporativas, intentaron torcer las decisiones tomadas desde el Poder Ejecutivo.
Por cierto también que no todos ejercen su libertad en forma responsable y ponen en riesgo los diferentes avances.
Pero aun así, prefiero el ejercicio de la libertad responsable en forma absolutamente voluntaria, y no el Estado prohibiendo y decidiendo en forma arbitraria, lo que la ciudadanía debe de hacer.
¡Viva la libertad!