viernes 26 de abril, 2024
  • 8 am

Austeridad y transparencia

Fulvio Gutiérrez
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Fulvio Gutiérrez

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Dr. Fulvio Gutiérrez
La austeridad y la transparencia, son dos muletillas bastante comunes que oímos a menudo de la denominada clase política, que siempre se promete adherirlas a la conducta que se va a practicar en el caso de ganar una elección. Es una promesa que generalmente no se cumple, por lo cual su trascendencia se ha devaluado al punto de haberse transformado en una actitud de simple demagogia en la que nadie cree.
Sin embargo, el actual gobierno, que en la campaña electoral hizo referencia a ambos conceptos, a escasos dos meses de haber asumido, ha dado claras y concluyentes muestras de que está dispuesto a probar con hechos, que tales promesas efectivamente se van a cumplir. La austeridad, es un concepto que refiere a la aplicación de una política económica basada en la reducción del gasto público. Por su parte, la transparencia política es una cualidad de la actividad pública que propugna informar a la ciudadanía acerca de su gestión. Es decir, dar cuenta de todos sus actos, especialmente del origen y destino de los recursos públicos, para prevenir, detectar y sancionar los casos de incompetencia y de corrupción política.
Los hechos concretos como prueba de ello, se dieron hace unos días a nivel del Parlamento Nacional, luego de las gestiones realizadas por el Presidente de la Cámara de Representantes Martín Lema. En base a su gestión con todos los partidos políticos, las Cámaras de Representantes y de Senadores, aprobaron por unanimidad la eliminación de la ejecución de las “partidas de prensa” por un monto de $33.000, que todos los legisladores cobraban aparte de su sueldo mensual, con destino a la compra de diarios, semanarios y revistas. Este destino siempre fue una gran mentira, porque al no existir un contralor, los legisladores utilizaban el dinero para cualquier otro destino. Dicho esto sin perjuicio de que el monto indicado, era una total exageración, al punto que cálculos hechos por algún medio de prensa, estimó que con $9.000 alcanzaba y sobraba para comprar ese tipo de publicaciones. El monto que estaba pendiente de cobro (alrededor de U$S1.000.000), fue destinado para reforzar el Fondo Coronavirus. Sin perjuicio de ello, el monto del rubro “inversiones” de la Secretaría de la Cámara de Representantes, también será volcado al Fondo Coronarivus, y en el próximo presupuesto se verá qué inversiones se incluyen y por qué monto,
Estas son decisiones que se han transformado en hechos concretos, porque por fin hubo voluntad política en hacerlo, en un tema que tiene demasiados antecedentes de simple discusión y propuestas fallidas. Pero aquí no terminó la cosa. El Diputado Martín Lema, ahora está gestionando el absurdo pago de jornadas a legisladores suplentes, cuando concurren a sesiones suplantando al titular.
En la Cámara de Representantes, existe una normativa de pago a Diputados suplentes que es absurda e ilógica. Actualmente, cuando un legislador pide licencia durante una sesión, se paga un jornal de $9.000 por cada suplente que participa en la misma o en las Comisiones, lo que puede llevar a que, por ejemplo, si durante una sesión a un diputado lo suplen tres o cuatro suplentes, se pagan tres o cuatro jornales. El Diputado Lema presentó una iniciativa, estableciéndose que se debe pagar un solo jornal, y si concurre más de uno, entonces el monto del jornal diario, se deberá fraccionar entre el número de suplentes que remplazan al titular.
Dos casos concretos, en los cuales se busca austeridad y transparencia. Seguramente aparecerán muchos más, porque en materia de despilfarro del gobierno anterior, están apareciendo casos que, auditoría mediante, tendrán graves consecuencias políticas y, tal vez, penales, como ya se analizó en el MIDES y en el Ministerio de Ganadería. Porque como dice un viejo refrán español: “hechos son amores y no meras razones”.