viernes 19 de abril, 2024
  • 8 am

“Aspiro a que nuestros alumnos aprendan a convivir con respeto y cultiven su espíritu solidario”

Por Melisa Ferradini
En esta entrevista presentamos a la Mtra. Raquel Galluzzo, salteña nacida un 29 de mayo de 1950. Una autoridad local en educación, no escatima en compartirnos en primera persona sus vivencias y reflexiones sobre la educación, su formación y su relación con el quehacer educativo en nuestro medio. La riqueza de esta entrevista radica en la exposición de nociones sobre la educación y el ser humano en su formación, sino que va más allá y se adentra en la experiencia de quien, por un lado, ha dedicado su vida a educar a niños y niñas, y por el otro, es reconocida por su liderazgo.
-¿Cómo fué la elección por estudiar magisterio?
-En realidad fue una elección por descarte. En 1968 fuí a Montevideo a estudiar Ciencias Económicas, este fue un año muy conflictivo, con muchos paros y desde el comienzo se vislumbraba que íbamos a perder el año, situación que me desmotivó bastante, hasta que en el mes de agosto abandoné la universidad. Esta opción la había tomado porque siempre me gustaron mucho las matemáticas. Al regresar a Salto deseaba contraer matrimonio, pero de ninguna manera quería dejar de estudiar, que era lo que me apasionaba. En ese momento no había ninguna posibilidad de formación universitaria en nuestra ciudad. Comencé aquí magisterio y desde el primer momento me encantó la carrera como una formación personal y con mayor razón cuando empezamos a realizar práctica docente junto a los niños. Estaba muy motivada porque en esos años nacieron mis dos hijos mayores (Gustavo y Carlos) que crecieron bajo el cuidado de una madre con los compromisos propios de una estudiante y con la gran colaboración de los abuelos.
-¿Cómo nació la creación del Colegio Vaz Ferreira y cómo es ser su directora?
-En realidad fue la culminación de un proceso. Durante 10 años ejercí la docencia en matemáticas en liceos públicos y privados, conservando de esos años un precioso recuerdo especialmente cuando encuentro cientos de personas, hoy adultas, que todavía hoy me reconocen. Pienso que se acuerdan no porque les haya sido fácil promover la asignatura, siempre me consideré muy exigente, quería exigir resultados coherentes al empeño y dedicación que yo ponía en las demostraciones. Siempre insistí en que me preguntaran lo que no habían entendido diciendo repito todas las veces que sea necesario. Al abandonar la docencia en secundaria me dediqué a estudiar programación en los diferentes lenguajes existentes en aquella época, fundando el “Taller de Informática” (primer Instituto de enseñanza de computación que hubo en Salto). Fue una preciosa experiencia formativa, porque enseguida tratamos, con el equipo docente, de que la informática contribuyera a mejorar el razonamiento y la didáctica de matemáticas. Derivada de esas investigaciones llegué a la conclusión que la informática tendría que estar incluida en el currículo de Secundaria. En esa ocasión resolví crear un liceo innovador acorde a las necesidades de ese tiempo. En 1991, después de un año de trámites de habilitación, se funda el Liceo que denominé Vaz Ferreira, en homenaje al ilustre pedagogo, con un solo grupo de 1ero de CBU con 17 alumnos. Siempre quise que fuera un liceo diferente, de doble horario, con muchas más horas de clase porque había que incluir conocimientos que no figuraban en la enseñanza oficial (estudios vigilados, informática, inglés intensivo a diario).
-¿Como ha sido su experiencia en la dirección?
-Puedo decir que los roles han ido cambiando en estos 30 años, hasta que en el presente ejerzo la dirección general porque hay dos directores: Matías Orihuela en primaria y Marina Menoni en secundaria. Siempre he tenido excelentes colaboradoras que me han ayudado a adquirir conocimientos que no tenía, por ejemplo la legislación en cuanto a requerimientos de habilitaciones, reglamentaciones respecto a horarios y regímenes de evaluación que han ido cambiando, etc
Lo único que me ha sido exclusivo es haber tenido un gran ideal acerca de cómo pensaba que debía ser todo el proceso educativo durante la niñez y la adolescencia; pero insisto, que no fue fácil bajar ese sueño a la realidad y que no hubiera sido posible sin contar siempre con un excelente equipo docente estudioso y muy creativo que nunca dudó en concretar los cambio necesarios.
-¿Qué normas cambiaría de la educación de nuestro país y por qué?
-Poner especial empeño en la formación docente, tanto del maestro como del profesor adecuando el nivel de exigencias acorde al título universitario que necesariamente debe ser. Vigilar y fomentar el equilibrio emocional de los aspirantes al ejercicio de la docencia; teniendo en cuenta que educar es comunicar y para lograrlo se debe tener la capacidad de establecer un muy buen vínculo afectivo con los educandos. En secundaria las direcciones tienen que ser llenadas por concurso de méritos y darle a esas personas la atribución para elegir a sus docentes, para que tengan sentido de pertenencia y continuidad en la institución. Teniendo en cuenta que la formación actual exige la elaboración de proyectos que incluyen los conocimientos de varias asignaturas, necesariamente debe ser un trabajo de equipo multidisciplinario. En este siglo los avances tecnológicos han exigido una adecuación de la tarea docente, que recientemente ha quedado demostrada con el uso de internet, para ser posible la educación a distancia, que implica necesariamente la formación continua del plantel docente.
-¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?
-Me gusta estudiar y analizar los cambios que se están produciendo en la sociedad, a los efectos de poder determinar las fortalezas que deberán tener nuestros alumnos para poderse incorporar de adultos al mundo del trabajo; por ese motivo me dedico a estudiar las conclusiones llegadas por muchos investigadores sociales. Me interesan muchísimo los libros de Andrés Oppenheimer, por ser es un sagaz analista de la evolución del mundo laboral; como algunas profesiones se van a terminar como consecuencia de la robótica y de la inteligencia artificial, pero que a cambio surgirán nuevos trabajos.
-¿Cuáles son sus expectativas con respecto a sus alumnos?
-Yo deseo que en nuestras aulas los alumnos aprendan a convivir con el mayor respeto, aceptando que todos podemos tener opiniones diferentes que merecen ser expresadas libremente. Cultivar en ellos un espíritu solidario y de apoyo respecto a los más necesitados.Tratamos de que desarrollen el autoconocimiento a los efectos de poder descubrir sus propias fortalezas; factor que es fundamental en el esclarecimiento vocacional y la elaboración temprana de su propio proyecto de vida.
Añoramos que todos puedan concretar sus sueños, insistiendo que no deben claudicar ante las dificultades que siempre se presentan. Es fundamental que logren encontrar una actividad que les apasione, por que el trabajo que se realiza con alegría no resulta una carga para nadie y dignifica a la persona en el transcurso de la vida.
-En su tiempo libre. ¿Qué le gusta realizar?
-Me encanta dedicarme a la jardinería y al cultivo de las plantas florales que dan colorido y alegría a mi casa y a los lugares donde desarrollo actividades. En invierno disfruto de tejer junto a la estufa durante la noche porque eso me genera paz y me evade de las responsabilidades y compromisos del día.