sábado 20 de abril, 2024
  • 8 am

Abrir los ojos a tiempo

Gerardo Ponce de León
Por

Gerardo Ponce de León

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Por Gerardo Ponce De León
Muchas veces y por varios motivos, cuando me siento frente a la computadora, veo que tengo de los más variados temas para tratar y es ahí que tengo que elegir uno y me entra la duda por saber si es de vuestro agrado. Una persona de mi confianza lo operaron del corazón hoy día no le puedo decir de qué forma pero como buen humano, en las horas previas, le entró “el chucho” (arias miedo), natural y comprensible y me gustó mucho el mensaje que nos envió a los que le deseamos suerte en la intervención que se le iba a hacer.
El texto dice así, textualmente: “Para amigos y conocidos, es la primera vez que respondo a todos los apoyos recibidos tanto en mi celular como en el de mi señora y les comento que descubrí otros valores de vida que a veces por el ritmo de vida, no valoramos y los voy a cultivar cada vez más. Pero con corazón nuevo y proyectado a un mejor futuro, siempre estarán conmigo. Abrazo.”
No deja de ser algo muy lindo como es el descubrir valores; aceptar lo que me toca vivir, sin quejarme; y comenzar una nueva vida con miras a un mejor futuro; demostrando que no hay hora, tiempo y ocasión, para mirar la vida desde otro ángulo o forma, la cual me lleva a descubrir cosas, que no se valoraban. Bien que podría y es muy común, elevar una queja, en la que se cuestiona lo que me ha tocado vivir. Pero no es el caso, ha enfocado, lo que le ha tocado vivir en forma positiva; llevándonos a quienes lo conocemos a ayudarlo a realizarse, más como ser humano.
Coincidentemente, en este Domingo,(18/10/20) nos toca la muy conocida y muchas veces mal usada frase: “Dad al Cesar lo que es del Cesar y a Dios, lo que es de Dios”. Tengo la impresión que viene como anillo al dedo, ya que el descubrir nuevos valores y tratar de cultivarlos, no hace otra cosa que separar, firmemente, lo que es del Cesar y lo que es de Dios. Si se quiere podríamos pensar, que es como que nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, pero se tiene que tener la valentía de reconocer un error, como es, el de no haber visto antes esos valores; que en la gran mayoría de nosotros, ni cuenta nos damos de que existen, que están a mi lado y que por algo están. Seguimos adelante, nos preocupamos por nosotros y nos olvidamos de que a nuestro lado camina alguien, que puede tener mayores, iguales o un poco menor, problemas, que ni nos preocupamos. Lo grande, reitero, es darnos cuenta del error y hacer el propósito de enmienda; humildemente reconocer nuestra carencia y esto sucede porque somos de carne y hueso.
¡Qué fácil suena! soy un convencido que todo lo que en esta vida “nos apura”, sea tecnología, consumismo, egoísmo, envidia, etc., nos cierran los ojos a una realidad que nos llama, nos pide y, que tiene que venir una pandemia, un problema de salud, para que despertemos a la realidad. Muchos seguimos “encerrados” en nosotros mismo, miramos y vemos, pero seguimos en el camino más fácil, el que menos obstáculos presenta, porque nos gana la comodidad, gran enemiga para que abramos los ojos. Por eso suena fácil, y que difícil es pelear para cambiar.
Gracias a un susto, que hoy lo podemos llamar así, esta persona se dio cuenta y abrió los ojos a una nueva realidad o se dio cuenta que tenemos que plantar, cuidar, abonar y proteger, todas esas virtudes que Dios nos da.
Lo que me queda es el de agradecerle a quien envió el mensaje, por hacer algo para que lo acompañemos en, si se quiere, forma de encarar la vida ya que se que en él podre tener un palenque donde apoyarme. Gracias