Pesebre
Por el Padre Martín Ponce De León
Me solicitaron hiciese en guión para un “pesebre moderno y actualizado”
Hacer tal cosa me implicaba dejar de lado lo tradicional e incursionar por caminos totalmente nuevos.
En un primer momento algunos textos que intentaba realizar me llevaban a lo tradicional. ¿Dónde quedaba lo moderno?
Es evidente que el relato no puede apartarse de lo que nos presentan los relatos evangélicos y desde allí debía redactar el texto.
No podía realizar un acercamiento a lo que nos presentan los evangelios pero, tampoco, podía quedarme en ello.
“Moderno” ¿A qué hace referencia? ¿Qué entiende por ello? No podía Salí a averiguar el contenido de esa expresión.
“Actualizado” ¿Seré capaz de tal cosa? ¿Cómo lograr tal cosa manteniendo el relato del pesebre?
Resonaban en mi mente esas dos palabras y lo que en alguna oportunidad había realizado.
Nada de lo que tenía podía serme de utilidad puesto que no contenían esas dos condiciones que se me solicitaban.
Pero me agradaba el desafío y buscaba enfrentarlo.
Me agradaba haber sido tenido en cuenta para tal tarea y buscaba poder elaborar un borrador que sirviese de comienzo.
Una persona me dijo: “Para que sea actualizado debe tener coronavirus, ollas populares y canastas”
Con esa base comencé a redactar un borrador.
La tarea me resultó mucho más sencilla de lo que había supuesto.
Tiempo después enviaba el borrador esperando correcciones. Solamente una sugerencia para la actualización recibí.
Esperaba muchas más sugerencias pero las mismas demoraban en llegar.
Suponía que el borrador presentado reunía las dos condiciones requeridas.
Era moderno puesto que se salía de los esquemas tradicionales.
Era actualizado porque, entendía, estaba pleno de componentes de la realidad actual.
En varias oportunidades leí lo escrito puesto no podía suponer no tuviese nada que corregir o modificar.
Encontré se podía mejorar el texto con algunas frases aclaratorias y las añadí.
Mientras tanto esperé las sugerencias que se me hicieran llegar pero las mismas no aparecían.
El pesebre tiene pleno sentido si está colmado de actualidad pero hoy, parecería, como que la actualidad no tiene mucho que ver con ello.
El hoy está desbordado de realidades que dicen de la emergencia sanitaria en la que estamos inmersos y, parecería, nada tiene que ver con el pesebre o con Navidad.
Tal vez falte creatividad como para encontrar en esta realidad esas pautas que nos enseñan a poder encontrar como ambas realidades se dan la mano.
Esta emergencia que vivimos y el pesebre deben de estar muy unidos y, por ello, es que se nos invita a vivirles.
No podemos celebrar Navidad sin tener en cuenta la realidad que estamos viviendo hoy con tanta virulencia.
Hoy Dios nos invita a celebrar Navidad teniendo en cuenta todo lo que ha significado el covid entre nosotros.
Es imposible despojar a una cosa de la otra. Al menos en esta oportunidad ambas cosas se dan de la mano y debemos vivirla de tal manera.
Sin lugar a dudas nos está esperando una Navidad que nos ha de resultar distinta porque con una serie de complementos que así nos lo hacen saber.
Cada uno de nosotros estamos llamados a vivir un “pesebre moderno y actualizado” y debemos poner lo mejor de nosotros en este tiempo de preparación para lograrlo.