Por Daniel Spinelli
Hoy miércoles 30 de diciembre, Blanca Filippini está celebrando su cumpleaños número 15 y lo hace rodeada de sus afectos y amigos que la han acompañado durante este tiempo. Blanca es protagonista de una de las historias más conmovedoras de los últimos años y su caso generó conmoción en todo el país e incluso de uruguayos que residen en el exterior. Con solo 3 años de vida Blanca acudió junto a sus padres en tres oportunidades a la emergencia del Hospital Salto por fiebre, malestar y dolor abdominal, pero recién al tercer día se le pudo diagnosticar apendicitis que ya a esa altura había evolucionado en una peritonitis que le causó una infección generalizada. El resultado del diagnóstico tardío fue la amputación de sus piernas a la altura de las rodillas, su brazo izquierdo a la altura del hombro y tres dedos de la mano derecha. Los médicos lograron salvarle la vida, pero su condición física la marcó para siempre.
12 AÑOS DE ESPERA
Tras el hecho que de inmediato recorrió el país, se generaron muchos cuestionamientos al procedimiento médico que atendió a la niña en su momento. Incluso se realizó una marcha desde la puerta del CTI Pediátrico (donde estaba internada Blanca), hasta plaza Artigas, donde se exigió justicia en el caso. En forma paralela a estos movimientos populares, su familia –asesorada por el Dr. Pablo Perna-, inició una demanda responsabilizando a ASSE en las consecuencias que tuvo Blanca al no ser diagnosticada a tiempo. Se inició además una demanda civil, exigiendo una indemnización económica que ayude a Blanca a poder solventar los gastos en cuanto a movilidad que le requieren las prótesis y las múltiples cirugías que ha afrontado que en estos 12 años han sido más de 23. A 12 años de lo ocurrido, hoy la familia aguarda por justicia definitiva y confía en que el fallo que se espera será a favor de Blanca.
SUEÑO CUMPLIDO
El padre de Blanca, Omar Filippini, siempre soñó con bailar el vals de los 15 años con Blanca y hoy lo podrá hacer. Ayudada por sus prótesis, Blanca ha logrado salir adelante, concurre al Liceo Nº 3, sale con sus amigos y trata de llevar una vida normal. Su deseo es continuar sus estudios, poder avanzar y tener la posibilidad de ayudar a los niños y personas que, como ella, han sufrido amputaciones. No se ve como un ejemplo, pero vaya si lo es por su lucha constante por vivir, por salir adelante y por avanzar. Rodeada de su familia celebra sus quince primaveras y a la vez aguarda por una sentencia definitiva en su caso, donde no solo lo ocurrido quede impune, sino, que haya un precedente que muchas veces hay equivocaciones en los procedimientos que deben ser sancionados.
