Nunca se habló tanto de salud como en 2020 y en este comienzo del 2021 con la pandemia mundial, del Covid-19. El cambio generado en la sociedad debido a esta situación sanitaria ha llevado a reforzar la importancia de los hábitos saludables para la prevención de enfermedades y el fortalecimiento de la inmunidad. Justamente en este último punto es que las frutas y las hortalizas ganan un mayor destaque. Si bien no evitan enfermedades, el consumo de estos productos puede reducir la gravedad de infecciones y hasta colaborar en la recuperación.
Por estos y otros motivos, las frutas y hortalizas, se ganaron la denominación de un año exclusivamente para ellas. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO/ONU) designo este 2021 como el «Año Internacional de las Frutas y los Vegetales».
El objetivo es llevar información y concientizar a la población sobre los beneficios nutricionales para la salud que promueven los productos hortifruticolas, como apoyar las funciones del cuerpo y el bienestar físico y mental en todas las edades. Además ayudan a prevenir la desnutrición y reducir el riesgo de enfermedades no trasmisibles.
Más allá de la importancia de estos productos en la nutrición humana, el sector también tiene una fuerte incidencia en el desarrollo socioeconómico y ambiental del planeta. Asi la FAO realiza importantes reflecciones sobre la reducción de pérdidas y desperdicio de alimentos, así como también la promoción de la sustentabilidad en los sistemas productivos, de distribución e industrialización de frutas y hortalizas.
Promover los productos hortifrutícolas es además una óptima oportunidad para mejorar las prácticas agrícolas, apoyando principalmente a los pequeños productores familiares con el fin de incrementar las opciones para millones de trabajadores a nivel rural en el mundo. En este sentido se señala que el consumo de alimentos semi-prontos o congelados continúa en aumento a nivel mundial, debido a la practicidad en la rutina laboral.
