jueves 18 de abril, 2024
  • 8 am

Aumentan consultas por trastornos emocionales y mentales como consecuencia del coronavirus

La Covid-19 ha transformado la manera en la que vivimos. Tras el confinamiento, la forma en la que nos relacionaremos cambiará también de manera drástica.
En muchos casos, la enfermedad ha impactado de forma directa a personas cercanas, lo que se traducirá en una prevalencia mayor de los problemas relacionados con la salud mental. En este sentido, nadie duda de la ‘huella’ psicológica y social que la pandemia dejará en la mayoría de la población. Se ha comenzado también con la atención a todas estas consecuencias mentales que provocan situaciones a las que no estamos acostumbramos.
DEPRESIÓN
Para los especialistas uno de los problemas más importantes va a ser la clínica depresiva asociada a la situación social que va a generar el coronavirus. Lo importante es prever que esto va a suceder y dotar a los servicios que están realizando este seguimiento de más recursos para que se pueda manejar. Ya tenemos la estructura para manejar lo que sucedía en nuestro día a día antes de la pandemia.
La realidad va a cambiar cuando empecemos a volver a nuestra rutina y hay que ser capaces de prever lo que sucederá: esa cuarta ola relacionada con los problemas de salud mental. Se ha visto que ha habido un aumento de los síntomas depresivos. Los factores de riesgo son ser mujer joven, menor de 40 años, estudiantes, con un nivel educativo bajo, vivir en una ciudad, la presencia de soledad, mala salud (física o psíquica), preocupación alta, sin hijos, estar en seguro de paro, tener una alta exposición a noticias sobre la pandemia, y haber sufrido un periodo de confinamiento prolongado.
ANSIEDAD
También se ha detectado un aumento de síntomas de ansiedad. Siendo los factores de riesgo similares a los mencionados: alta exposición a noticias sobre la pandemia, periodo de confinamiento prolongado, estar en contacto con algún afectado.
La aparición de estrés postraumático (insomnio, sueños relacionados con la pandemia, síntomas disociativos de la realidad) se ha identificado en una prevalencia muy variable.
REPERCUSIÓN DIRECTA DE LA INFECCIÓN
-El duelo por pérdida de familiares y amigos
-Desempleo
-Medidas de confinamiento
-Incertidumbre económica
-Carencias sanitarias: atención primaria, salud mental
PAUTAS PARA MEJORAR
Habría que tener en cuenta varias medidas para minimizar estos problemas en el futuro porque se prevé que aumenten los trastornos mentales por la pandemia y por la recesión económica:
-Mejorar la atención en los grupos de riesgo: mujeres, jóvenes estudiantes, personas con mala salud.
-Mejorar la calidad y coherencia de la información.
-Mejorar la flexibilidad del acceso a la salud mental y paliar las consecuencias de la pandemia.
En cuanto a las medidas individuales que cada uno puede poner en marcha, se exhorta que hay que tener en cuenta que es una situación que no ha terminado y que tenemos que seguir afrontando, en la que no hay soluciones globales, cada uno tenemos que afrontar nuestro ritmo de vida, conservar aspectos positivos, descansar (es posible que haya un cansancio acumulado), reanudar cuidados en salud, limitar el flujo de noticias, mantener hábitos de vida saludables (alimentación, sueño, evitar alcohol) y saber que, a veces, hay que optar por ayuda profesional.