Por Gustavo Varela
En la columna de la semana pasado, analizábamos, de la manera que el Intendente de Salto había alcanzado nuevamente el gobierno de Salto, pero alertábamos que su estrella iba a comenzar a declinar, de seguir con prácticas que indudablemente terminan dinamitando la caja municipal.
Y no nos equivocamos.
No sólo sigue haciendo ingresar a los cuadros jerárquicos de la Intendencia a premios consuelo para vegetar en cargos sin tareas, sino que como ya se quedó sin efectivo, lo realiza, condenando al pueblo Salteño a pagar sueldos para devolver alcahueteadas periodísticas.
Como decía la propaganda de la vieja, honesta y señera Radio Arapey, “mañana tarde y noche también de madrugada…sigue recargando el Rubro 0.
Ya otros ingresarán para seguir pauperizando a Salto
Tanto es la sequía que sufre la caja municipal, que el intendente, como no puede ejecutar obra, no le queda otra que prenderse en lo que ejecuta el gobierno nacional para poder aparecer en la prensa nacional a la que ahora apunta (en la otra, como ya lo dijimos lo hace con favores).
De allí, que salió a anunciar que junto con su hermano el Diputado, habían logrado que un Ente del estado otorgara beneficios a la población más necesitada, lo que fue realmente, como lo podría decir… una chantada.
O se tuvo que ir hasta la localidad de Laureles donde Mevir inauguraba viviendas, para salir en la foto como parte de la cuestión, cuando nada tiene que ver con la misma.
O tiene que salir a comentar que va a dar “salarios solidarios” que el gobierno del Presidente Lacalle Pou va a instrumentar, y donde las Intendencias no aportan un solo peso, porque en ese caso, Salto no lo podría hacer.
Cómo será, que poca tarea tienen para hacer en el gobierno Limista, que un comunista de pura cepa, como lo es el Secretario de la Intendencia, se dedica a escribir, analizando pasajes bíblicos de Adán y Eva en columnas semanales.- En la próxima, hasta quizás nos sorprenda con el “Yo Pecador”.
Indudablemente que la negativa de los acreedores a la extensión de los plazos del fideicomiso, como lo vislumbramos en la columna anterior, va a dar un baño realista al Intendente Lima, que debería llevarlo a reflexionar sobre aquellos polvos que levantó en el pasado, que trajeron como consecuencia, estos lodos que no le permiten desarrollar casi ninguna obra.
Las fiestas no son gratis.
El problema, es que los Salteños hace mucho tiempo que pagan fiestas “Horribles y Espantosas”, que trágicamente condenaron al Departamento a olvidarse del desarrollo y la prosperidad, de un Departamento que fue ejemplo Nacional.
Todo, por los apetitos personales desenfrenados.
Que sirva de lección
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