jueves 25 de abril, 2024
  • 8 am

Sindicato de La Aguja brinda talleres de costura y confecciones en Asentamiento “Puente Blanco”

Por Karina De Mattos.
En el momento de crisis económica y social que vive el país por el azote de las consecuencias de la pandemia, estas acciones sociales de tipo altruista construyen crecimiento y fortaleza cuando se hace apoyando a los más vulnerables. El sindicato de La Aguja dicta en el asentamiento Puente Blanco un taller de costura integral. CAMBIO dialogó con la integrante del sindicato, Analía Esteves quien comentó detalles de la iniciativa:.
-¿Cómo surge la idea?
-Esto ya viene desde el año 2020 en el que nos llaman desde la Universidad los estudiantes de Trabajo Social para plantearnos si podíamos ir a enseñar costura al asentamiento, ellos realizan sus prácticas allí.
Cuando fuimos anteriormente a dar talleres a la cárcel, vimos que había también una necesidad de llegar a los barrios como forma de brindar prevención. Cuando nos llamaron inmediatamente las 5 compañeras del sindicato dijimos que no íbamos a tener ningún problema. Hoy retornamos a nuestra labor, nos volvieron a llamar y hoy damos las clases en el salón que fue construido con la ayuda de la brigada solidaria del SUNCA y de la Intendencia de Salto.
-¿Hay mucha demanda de este tipo de formación y conocimiento?
-Tienen muchas ganas de aprender. Cuando fuimos en el 2020 no difundimos mucho y no habían muchas mujeres para tomar el taller, pero teníamos cuatro gurises entre 10 y 15 años, que estaban interesados.
Entonces a nosotros también esto nos motivó, porque nos pareció genial que los gurises estuvieran con ganas de aprender este oficio. Este año decidimos hacer dos días, los lunes para los mayores de edad, y los martes para los gurises del barrio”.
-¿Precisan o reciben apoyo?
-Dialogamos con el propietario de una tienda de elaboración propia de vestimenta a nivel local (La Invencible), para realizar algún curso de máquinas industriales.
Él vio que esta era una necesidad porque no existe gente capacitada. El tema siempre es quién financia, porque desde el sindicato tenemos todas las ganas. Cuando nos llamaron desde el asentamiento vimos la posibilidad de pedirle a este empresario alguna máquina vieja y nos dijo que sí en seguida. Nos presta dos máquinas, una recta y una overlock.
También colabora con retazos de telas. Nosotras vamos de forma honoraria y tratamos de dividir el trabajo entre las cinco. Está bueno porque ya nos conocemos y nos complementamos.
-¿Cuántas personas concurren al taller?
-El lunes pasado había 12 personas, concurren no solamente del asentamiento Puente Blanco, sino también de las inmediaciones, desde Reyles, la Tablada y Malvasio. En el barrio cuesta desprenderse de prejuicios, sin embargo por algo la mayoría de los diseñadores son hombres, cosen muy bien cuando se dedican a esta noble tarea.
-¿Por qué decidieron enseñar esto en los barrios?
-Porque a nosotras como jefas de hogar la mayoría, fue el oficio de la costura el que nos salvó muchas veces de pasar hambre.
Entonces vemos que es una necesidad, que se necesita oficio, y llegar a los barrios donde a mucha gente le faltaron oportunidades, da más ganas de ir, aunque sea honorariamente, aunque no cobremos nada, es ir a darle oportunidades a las mujeres para que se puedan arreglar en el futuro.