“La confianza de nuestros clientes nos motiva a hacer nuestro trabajo con amor y profesionalidad”
Por Melisa Ferradini.
El cariño que prevalece entre tía y sobrina es un lazo inquebrantable que se ha fortalecido con el paso del tiempo. Es el caso de las peluqueras Elena y Antonella Garrone que son parte del equipo de trabajo del salón de belleza Elfa´s. Elena tiene 72 años. Está casada con Juan Carlos Barros. Se crio en la zona del Cerro junto a sus padres Gilberto y Hayde y sus 9 hermanos. Estudió la primaria en la Escuela No. 5. Comenzó su trabajo por una vacante que había en la peluquería Rosita Peinados de Rosa Izaguirre y allí estuvo durante 34 años. En ese período ejerció como directora de la academia de peluquería Teber´s que Rosa había creado. En el año 1999 emprende su propio negocio de peluquería hasta el día de hoy. Antonella tiene 36 años. Está casada con Miguel Pedrozo y tiene 2 hijas; Lusmilla y Selene. Se crió en la zona del Cerro junto a sus padres Eduardo y Alicia y sus 7 hermanos. Estudió la primaria en la Escuela 112.Hace 16 años que trabaja junto a su tía en el negocio que ella emprendió.
-¿Por qué eligieron trabajar en peluquería y no en otra profesión?
-E. Yo sinceramente lo hice por necesidad. Tenía que empezar a trabajar y una señora me dio la oportunidad y ahí comencé hasta ahora. Tuve 24 años trabajando con ella después lo hice sola y hoy estamos trabajando en familia. Siempre me gustó lo que hago y fue el único trabajo que he realizado en mi vida. Siempre ha sido en la peluquería. Yo comencé haciendo las manos. Luego realicé cursos de peluquería. A mí lo que siempre me ha fascinado es la profesión que he elegido.
-A. Yo también comencé por necesidad. Justo fue el momento que había fallecido mi padre y la tía me invitó a trabajar en el salón que ella tenía. Todo fue un aprendizaje al principio pero poco a poco fui adquiriendo experiencia y me fue gustando lo que hacía. Ya hace 15 años que estoy trabajando y cada día me apasiona más lo que hago.
-¿Cómo son los comienzos en una peluquería?
-E. Mis comienzos fueron tratar siempre bien al cliente. Hacer bien las cosas. Me encantaba ir a trabajar y esa ha sido mi meta siempre hacer las cosas bien. Los comienzos en la peluquería fueron divinos. Gracias a Dios hasta el día de hoy trabajamos bien. Tenemos una excelente clientela muy fiel y divina. Se ha sentido el momento de la pandemia ha bajado un poco la atención pero hace 22 años que estamos trabajando muy felices.
-A. Una de las cosas que hice al comienzo en mi trabajo fue observar mucho el trabajo que realizaba mi tía y el equipo que estaba en la peluquería. Ser audaz y no tener miedo de aprender e ir experimentando los trabajos. También la confianza de las clientas que me dieron fue muy importante para mí. Esa confianza cuando te elegían que vos las atendieras y le cortaras el pelo. Esa confianza siempre la recibí y la sigo recibiendo hasta ahora.
– A una persona que está interesada en estudiar para trabajar en este rubro. ¿Qué le recomendarían?
-E. Si le gusta realmente que lo hagan. Yo entiendo que cada persona tiene que hacer lo que les gusta. Porque no es lo mismo. Todo lo que se hace con amor siempre sale bien. Es una profesión con rápida salida laboral. Con una tijera y un peine trabajas a donde quieras y a donde vayas. Es un trabajo que siempre lo tienes. No se pasa necesidad teniéndolo.
-A. Es un trabajo donde siempre hay trabajo. Siempre me ha gustado hacerlo y es importante cuando uno tiene ganas de hacerlo. Tenés rápidamente una independencia ya que con pocas herramientas logras tener mucho. Siempre está en querer hacerlo.
-¿Para ser peluquera hay que tener un don o una habilidad especial?
-E. Para mí es una habilidad especial. Yo empecé en el primer trabajo sin saber lo que me iba a pasar. Cuando comencé me encantó lo que hacía y me gusta hasta ahora. Nunca cambié de profesión. Hoy en día el mundo del peinado cambia constantemente. Los colores y la tendencia en los cortes cambian. Aunque uno no lo crea todo tiene un por que en la peluquería. Los cortes, las tintas, los brushing, etc.
-A. Para mí también es una habilidad especial. También en nuestro trabajo hay mucha imaginación y creatividad. A veces llegan clientas con sus ideas y nosotras al saber que no le va quedar bien aconsejamos y las guiamos para que se sientan bien. Cortar el pelo es un arte nos dicen las clientas no es para cualquiera tienes que saberlo hacer y te tiene que gustar llevarlo a cabo.
-¿Cómo está la situación laboral en estos momentos?
-E. Está repuntando la situación. Los primeros meses de este año fueron mortales. Pero ahora gracias a Dios la gente está volviendo al salón.
-A. En los momentos de la pandemia manejamos la atención más personalizada y realizábamos domicilios. Aquellas clientas que no podían salir nosotras las atendíamos en sus casas. Siempre y hasta ahora el protocolo de higiene es estricto y obligatorio. No falta el uso obligatorio del tapabocas y el alcohol en gel en el salón.
-¿A lo largo de tantos años de trabajo como evalúan la permanencia del cliente?
-E. La atención al cliente es muy importante. Lo importante es que cuando llega un cliente uno se dedique. Acá nuestros clientes son como de la familia. Hay una relación especial con cada uno que ingresa al local. Somos como una familia muy grande. Hay etapas en la vida del cliente. Algunos están siempre. Otros van y vienen y otros que desaparecen un tiempo y vuelven. Hay de todo. Acá se trata al cliente a todos por igual.
-A. Lo bueno de tantos años es la fidelidad del cliente. Hay generaciones que vienen. La abuela, la hija y la nieta eso me encanta. La realización comercial en la zona. Los hoteles nos recomiendan y nos visitan turistas y artistas musicales cuando vienen actuar a la ciudad.
-¿Qué valores rescatan de ser peluqueras?
-E. Para mí es una satisfacción. Yo hice lo que me gustó. La autenticidad es muy importante. La verdad juega un papel muy importante en esta profesión. Yo no he tenido en mis años de trabajo quejas de mis trabajos. En tantos años nunca me ha pasado. Yo prefiero cortar el pelo dos veces a cortarlo mal. Porque después sino lo realizas bien no hay forma de cambiarlo.
-A. Yo siempre prefiero ser sincera. El diálogo con el cliente es fundamental. Prefiero ser sincera y a veces perderlo que realizarle algo que no le va a quedar bien. Es muy importante la confianza que el cliente deposita en uno. Yo valoro mucho eso y por esa situación el cliente es primordial para mí.
-En un día de descanso… ¿Qué les gusta hacer?
-E. Soy muy casera y disfruto mucho de estar en mi casa. Salí mucho de joven y ahora disfruto con mi esposo de estar en casa.
-A. A mí me gusta salir. Aprovecho a disfrutar de pasear junto a mi esposo y mis hijas. Disfruto mucho de estar en familia y de tomar mate. Trabajo toda la semana y disfruto el domingo en familia.
Juntas en el trabajo.