jueves 18 de abril, 2024
  • 8 am

El juego del calamar

Gisela Caram
Por

Gisela Caram

72 opiniones

Ps. Gisela Caram
Esta serie de Netflix ha acaparado la atención del mundo.
Se trata de un grupo de personas en Corea del Sur, que, por necesidades económicas, aceptan ingresar a un juego donde se verán enfrentados a situaciones violentas, por tener que participar en una lucha por sobrevivir.
Es un juego callejero que lo practican los niños en este país, y en la serie es adaptado a adultos.
Estos se someten a jugar al filo de la cornisa, al borde del precipicio, encontrarse entre la vida y la muerte. Esto provoca la alerta máxima del instinto de supervivencia, y con éste, la pérdida de humanidad y de tener en cuenta al otro.
El olvido de la dignidad, el amor propio, el sentido común.
Se suma a esto la obsesión, quienes en búsqueda de “saldar sus deudas” luchan por superar etapas en los juegos, sin importar el costo… la vida misma.
Ganar la tentadora alcancía, que es un chancho gigante, y se va llenando con billetes a medida que van muriendo los jugadores que participan.
En la adicción al juego el fin no es solo ganar, sino JUGAR. Esto lo vemos claro al final de la serie con el ganador del juego, que habiendo ganado y siendo millonario, no toca el dinero por un año.
En esta serie vemos detrás de los personajes, historias de vulnerabilidades, desamparo, abandono, corrupción, soledad, en suma, la banalización de la muerte.
Cosas que transitamos, conocemos, no son ajenas a nuestra vida.
Como también observamos el estrés de los personajes por no cumplir con los estándares esperados de productividad y eficiencia.
¿Por qué esta serie ha atrapado tanto?
Si bien no es recomendable para menores de edad, los chicos menores de 18 la han visto.
Y para que no se naturalice este tipo de tramas, sería importante que todos los padres la vean, para conversar en familia lo que pensaron y hacer su juicio de valor a sus hijos.
Una de las cuestiones de la serie es el mensaje que deja implícito.
Por un lado, el individualismo de los personajes que es una característica existente hoy en la sociedad.
Otra, el control que se tiene sobre los participantes y sus guardianes, por un ojo absoluto, que todo lo ve a través de cámaras. Y no menor es el instinto de supervivencia y lo que surge en los seres humanos a la hora de estar en juego la vida propia.
Me parece importante resaltar algunas cuestiones que podrían afectar las diferentes sensibilidades.
Hay un manejo tan naturalizado de la muerte, pero de la muerte no por causas naturales, sino provocada impunemente.
Creo que una de las cuestiones que hicieron de esta serie un éxito tiene que ver con las cuestiones subyacentes e implícitas que deja entrever, y la identificación d cada uno con algún aspecto de la serie.
-El encierro y la muerte. De alguna manera, durante esta pandemia de Covid 19, todos hemos transitado algo de esto.
-La pérdida de identidad.
-Los personajes, de todas las edades, y sus nombres, son cambiados por un número.
Sobre el final del último capítulo, se develan algunas cuestiones.
El anciano que participó era uno de quienes fomentaron este juego.
Y se lo plantea al ganador del juego, alegando que lo hizo porque “cuando eres millonario todo pierde sentido”, por eso la élite hizo este juego, para divertirse.
Como en tiempos de barbarie…
Hablar con los hijos de la muerte, no naturalizarla, sino ayudar a pensar la muerte, como una parte de la vida, no provocada ni tampoco un juego.
En tiempos de tanta información, la curiosidad puede sobrepasar la ficción, y habría que poder hablar de esto.
Hay cuestiones que no son un juego.
Hay cuestiones que pueden a llegar a cambiar una familia.
Visibilizar cosas a través de la palabra.
No temer enfrentar estos temas.
La vida no es un juego, tiene valor y hay que cuidarla, y eso se trasmite con palabras, con actos, con demostraciones, que son puentes para comunicarse y trasmitir enseñanzas de autocuidado, que ayudan a los niños y adolescentes a vehiculizar lo que pasa, cuando algo pasa.
*Especialista en Vínculos