sábado 23 de noviembre, 2024
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Preparados

Padre Martín Ponce de León
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Padre Martín Ponce de León

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Minervine

Por el Padre Martín Ponce De León
En reiteradas oportunidades los relatos evangélicos nos van a insistir en la necesidad de “estar preparados”
Es, sin duda, una invitación a tener una vida colmada de positividad y está muy lejos de ser una invitación a una vida plena de temores.
Todos somos conscientes de que nuestra existencia es una realidad caduca en el tiempo y ello le hace una vida donde nos vamos preparando para ese paso de nuestro final a una vida nueva y definitiva.
Estar preparados es saber que hoy, con el actuar cotidiano, voy marcando ese más allá que entiendo es plenitud de nuestra realidad personal.
“Estar preparados” no es otra cosa que una invitación a darle pleno sentido a nuestra existencia y para ello una invitación a realizar lo que debemos.
Cada uno de nosotros tenemos una misión y ella es la que le da sentido pleno a nuestro existir.
La misión no es concluir una carrera sino la forma en la que realizamos nuestro existir.
“Estar preparados” no es otra cosa que un hacer, correctamente, lo que debemos hacer.
Es una tarea que ocupa cada uno de nuestros momentos puesto que es en lo cotidiano donde vamos realizándonos como personas.
Si, como personas, somos seres en relación nuestra realización personal no es un algo que se limita a nuestro interior sino que siempre dice de nosotros a la intemperie.
Todo lo que nos nutre y enriquece no son otra cosa que ayudas que están a nuestro alcance y que deben servir para que nuestro actuar sea más correcto.
“Estar preparados” es poner lo mejor de nosotros en cada momento de nuestro actuar.
“Estar preparados” es realizar lo que hacemos con amor.
Necesario se nos hace recordar que, porque realizadas con amor, hechas con desinterés y alegría.
El desinterés que nos mueve a actuar porque ello es lo que debemos hacer y no porque así podemos hacer que otro cambie o modifique sus conductas.
Lo nuestro es, únicamente, lo nuestro y lo del otro deja de ser nuestra responsabilidad puesto que ello es suyo.
Alegría porque puedo tener la oportunidad de ser útil, de servir y, también, la oportunidad de brindar lo que soy a otra persona
Como cristianos, nuestro brindarnos no es otra cosa que un compartir lo mejor que tenemos (Cristo) con alguien que necesita una buena noticia.
Por ello es que nuestra entrega no se limita al cumplimiento de algunas prácticas o a algo estructurado que nos ata con estructuras o ritos. Nuestra entrega debe estar plena de alegría porque plena de esa buena noticia que es Dios CON nosotros.
No es necesario que nos pongamos una Biblia bajo el brazo para que digamos de Jesús.
Decimos de Él con nuestra sonrisa, con nuestra cercanía y con nuestra disponibilidad. Hoy en día no son necesarios muchas palabras, por muy bonitas que puedan resultar, sino esos gestos bien concretos que están plenos de elocuencia.
El mundo de hoy está saturado de declaraciones rimbombantes o frases altisonantes pero está necesitado de gestos sencillos y bien concretos que digan más que todas las palabras que podamos pronunciar.
“Estar preparados” es, también, poder estar en sintonía con Dios para saber descubrir lo que espera de nosotros y poder actuar para serles fieles.
No es ser sumisos u obedientes sino libres para poder responder, con nuestra vida, a lo que Él, diariamente, nos está sugiriendo.
Para estar preparados no necesitamos realizar grandes cursos o inmensas acciones sino que debemos vivir respondiéndole a Dios con nuestra manera de vivir.
Es evidente que todo lo que dice de nuestra relación con Dios dice de proceso, intentos oración.
“Estar preparados” es vivir en un aprendizaje constante y con la certeza de que Dios no se ofende con nuestros errores sino que nos dará una nueva oportunidad que nos permita ir creciendo.
“Estar preparados” es vivir nuestra realización personal porque actuando, para con los demás, como Dios actúa con nosotros.