martes 16 de abril, 2024
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El caso Rafaelov, el nuevo Bosman

Estudio Signorelli & Altamiranda
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Por el Dr. Agustín Vilar Para el
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En esta oportunidad vamos a comentar un caso de actualidad, que parece estar destinado a modificar la regulación y marco normativo actual en el mundo del fútbol, se trata de un reclamo conjunto entre el jugador israelí Lior Rafaelov y su club actual, el Royal Amberes de Bélgica.
Es de destacar que en la actualidad el asunto ha alcanzado el Tribunal Europeo de Justicia, y se especula que en caso de ser admitida la petición de Rafaelov y su club, la UEFA se vea obligada a modificar parte de su regulación según lo veremos más adelante.
Ahora bien, ahondando en los fundamentos de Rafaelov y el Royal Amberes; ellos sostienen que una norma de la UEFA es violatoria del derecho de la libre circulación dentro de la unión europea y atenta contra el derecho al trabajo del jugador.
Para más, la norma en cuestión es conocida como “homegrown”, existente desde el año 2005, obliga a los clubes a alinear en su convocatoria a jugadores de la cantera (es decir, formados en divisiones inferiores del club). En el caso de la liga Belga, los planteles pueden estar conformados por un máximo de 25 jugadores, 8 de los cuales deben ser canteranos del club (tienen que haber jugado 3 años en divisiones inferiores del club entre los 15 y 21 años) y 6 de éstos deben formar parte de las convocatorias a los partidos. Adicionalmente, cada equipo puede tener un cupo máximo de 5 jugadores extranjeros (“no comunitarios” o no pertenecientes a la unión europea).
El motivo detrás de la inclusión de esta regulación que obliga a los clubes a incluir a jugadores formados por el propio club, tuvo como fundamento fomentar el desarrollo de jugadores jóvenes y combatir las tendencias a que se creen “super equipos” y desalentar las transferencias de jugadores menores de edad, intentando mitigar las ventajas que podrían tener aquellos clubes más poderosos y con más poderío económico.
La disputa legal actual, radica en que el jugador israelí Lios Rafaelov y su club, han sostenido que la norma “homegrown” ha sido limitante a la hora de que el club pudiera incluir en sus convocatorias al jugador, ya que el club no ha podido alinear al jugador en diversas ocasiones por dar cumplimiento a los requerimientos de incluir jugadores canteranos. Decisión que no es voluntaria, y que atenta contra los resultados deportivos, la política de contrataciones y decisiones técnicas del club. El jugador por su parte sostiene, que esta previsión limita su derecho al trabajo, a la libre competencia y a la libre circulación dentro de la Unión Europea.
Es dable mencionar, que en caso de ser acogido el reclamo de Rafaelov y que se entienda que esta norma es contradictoria con las leyes y tratados de la Unión Europea, la FIFA y UEFA deberán reestructurar su regulación y dejar sin efecto la norma del “homegrown”, lo cual indudablemente traerá cambios radicales, situación similar a la ocurrida en el año 1995 con el antecedente directo a este, el caso Bosman.
Bosman, no sólo sentó a la UEFA en el banquillo de los acusados, sino que además logró que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea le diera la razón y obligara a los dirigentes del fútbol a cambiar dos de sus normas fundamentales.
Por un lado, la reglamentación sobre transferencias, es decir, los clubes ya no tendrían derecho a cobrar una cantidad en concepto de derechos de formación por un jugador que acaba contrato. Por otro lado, las cláusulas de nacionalidad. A partir de ese momento, todo deportista de un país miembro tendría libertad para ejercer su profesión en cualquier país de la Unión sin ningún tipo de restricción.
La batalla legal de Bosman comenzó el año 1990 y culminó en 1995, cuando el jugador tenía más de 31 años, debiendo pasar 5 años sin jugar al fútbol y con su carrera prácticamente acabada. Veremos que sucede con el caso Rafaelov, pero vaticinamos que el resultado seguramente sea parecido al de su antecesor, y se fuerce una reestructuración del fútbol a nivel europeo.