miércoles 24 de abril, 2024
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Simplemente nos ama

Padre Martín Ponce de León
Por

Padre Martín Ponce de León

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Por el Padre Martín Ponce De León
“Es mejor dar que recibir”.
“Si el grano de trigo no muere no produce frutos”.
“No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”.
“No juzguéis y no seréis juzgados”.
“El que no tenga pecado que tire la primera piedra”.
“Perdónanos como nosotros perdonamos al que nos ofende”.
“No hay mayor amor que dar la vida por sus amigos”.
“Amar a Dios y al prójimo como a uno mismo”.
Podría seguir extrayendo algunas frases.
Todas ellas son muy sencillas.
Todas ellas son muy simples de comprender.
Jesús no hace grandes discursos.
Pone ejemplos de la vida en la que estaban inmersos sus oyentes.
Cada uno de los que lo escuchaban podía entender el contenido de sus palabras.
Solamente se necesitaba estar dispuesto a escucharle y no a escuchar lo que querían oír.
Sabe que sus seguidores son seres sencillos.
Sabe que la gran riqueza de cada uno de los que le sigue radica en la capacidad de buscar y amar que posee.
Los lirios del campo, las aves del cielo, el pastor, el sembrador, el pan, el agua, las ovejas, el trigo, la moneda perdida, el tesoro encontrado, los peces.
Todo le sirve a Jesús para hablar de Dios.
Porque Dios siempre habla a través de todo.
Lo único que nos pide es estar en sintonía con Él y para ello debemos mirar la vida en clave de sencillez de corazón.
Es la única manera que tenemos de poder ver más allá de las cosas.
Ser cristianos no es para alienados o para quienes poseen, únicamente una deslumbrante capacidad intelectual o una desbordante actividad física.
Ser cristiano es para los audaces que, plenos de amor, se animan a buscar.
Por sobre seguridades y certezas.
Buscar sin temor a equivocarse y rehacer caminos.
Ser cristianos es para quienes, con sencillez, dejan rodearse por el amor de Dios.
El amor de Dios no exige de nosotros un inmenso caudal de preguntas.
Se instala en nosotros y nos cambia la vida.
Se instala en nosotros y no podemos encontrar respuesta a las muchas preguntas que podemos formularle.
Se instala en nosotros y nos dibuja una sonrisa o nos pinta de colores el horizonte.
¿Por qué a mí? ¿Por qué yo?.
Son preguntas que no caben frente al amor.
Es constatar su presencia en nuestras vidas y disfrutarlo.
Eso es lo que Dios quiere que realicemos los que nos decimos seguidores de su Hijo.
Todo nos habla de Dios.
Dios nos habla a través de todo.
Todo nos grita del amor que Dios nos tiene.
Solamente los sencillos de corazón pueden vivir el gozo de saberse amados por Dios.
Solamente los sencillos de corazón pueden disfrutar a pleno el hecho de descubrir que Dios les ama.
No es un amor irreal.
No es un amor que mira con ojos extraviados.
Nos conoce.
Sabe nuestros límites.
Sobradamente conoce cada uno de nuestros defectos.
Nos quiere mejores pero…………..
Nos ama hoy.
Día a día nos ama hoy.
Se pone a nuestro lado y… allí está.