jueves 18 de abril, 2024
  • 8 am

Perros que ayudan

Armando Guglielmone
Instructor canino –
Educador etólogo
Contacto – 098 539 682
Si le preguntamos a alguien que nos dé un ejemplo rápido de uno de estos perros lo primero que se piensa es en perros lazarillos sin saber muchas veces que el abanico es mucho más amplio.
Los perros trabajan con personas discapacitadas en silla de ruedas, ayudándolas en las tareas de abrir puertas, alcanzarle cosas incluso poniendo y sacando ropa del lavarropas, personas con enfermedades como narcolepsia, oficiando de protección y abrigo en el momento que ocurre el desvanecimiento y también como perro de terapia para personas con síndrome de estrés postraumático.
En nuestra sociedad, esta que vivimos a diario es poco lo que se sabe en cuanto a la real capacidad del perro como ayuda, muchas veces por natural desconocimiento del tema y muchas veces lamentablemente porque las personas no están dispuestas a esforzarse por darle una real herramienta de ayuda a las personas que lo necesitan aún siendo estos familiares.
Hablo con conocimiento de causa ya que tuve experiencias que me lo demostraron, desde empezar a entrenar un perro-guía en el cual la única condición, ya que era totalmente honorario el trabajo, era que siguieran al pié de la letra las indicaciones que les diera, no vale la pena entrar en detalles pero debí dejar de entrenarlo ya que no hacían nada como yo les pedía, sin pensar en el invidente que se perdía la posibilidad de mejorar enormemente su calidad de vida, triste.
Luego pasaron dos perros más que iban a servir como perro de asistencia y contención emocional, no hubo mucha diferencia en la respuesta de los en un principio interesados, como que se razonara, ya está, no se va a enterar el niño que iba a tener un perro para ayudarlo y ahí quedan las buenas intenciones.
Pero como siempre, hay excepciones, tengo la satisfacción y el orgullo gracias a Dios de haber entrenado el único perro hasta ahora en Salto de asistencia para personas con SEPT, síndrome de estrés postraumático, y ver como ayudó a esa persona es lo que me confirmó la diferencia de un perro en la vida no solo de esta persona, si no de todas las personas.
Estos nobles animalitos nos confortan en los momentos más difíciles, nos ayudan inconscientemente aún sin estar entrenados para ello, incluso salvando vidas y no hablo de otros lugares, acá mismo.
En este último año, me ha tocado pasar por situaciones muy complicadas de salud, personal y familiar y en esos momentos de angustia en los cuales nos sentimos aplastados y destrozados emocionalmente mis perros han acudido a mí sin que los llame, presintiendo el dolor que nos agobia y casi forzándonos a prestarle atención como si supieran que ellos son el modo más directo de encontrar la necesaria paz.