
Por Andrés Torterola.
La Intergremial Universitaria de la sede Salto del CENUR Litoral Norte explicó públicamente las razones y fundamentos de las reivindicaciones y medidas de lucha recientes. Expresaron que desde hace meses se viene escalando en un conflicto por presupuesto que muestra claramente la escasa prioridad que le ha dado el actual gobierno a la Universidad de la República. Este conflicto universitario se declaró para enfrentar un mensaje presupuestal que comenzó siendo a todas luces insuficiente y discriminatorio hacia la UdelaR. No solamente contenía originariamente un aumento del 0%, sino que en su formulación inicial incluía una quita del adicional del Fondo de Solidaridad, que representaba unos 15 millones de dólares menos por año. El gobierno lo bautizó “el presupuesto de la ciencia y la educación”. En realidad, fue un presupuesto del ajuste, del recorte y del desfinanciamiento. La Universidad de la República ha sido históricamente una usina de proyectos pensados para el fomento de la cultura, la ciencia, la investigación, la defensa y profundización de la democracia en Uruguay. La extensión universitaria revela el compromiso y contacto permanente con la sociedad toda, los hizo protagonistas de las luchas por más igualdad y desarrollo, el papel que desempeñaron en el contexto de la pandemia y la subsiguiente emergencia social y sanitaria demostró el nivel de excelencia profesional, responsabilidad y compromiso del demo universitario con la sociedad.
SALARIOS DEPRIMIDOS
La UdelaR ha sostenido en los últimos años un proceso de descentralización, aumento de la oferta académica y crecimiento de la matrícula estudiantil, especialmente en el interior de nuestro país, con muy magros recursos. Para llegar a recuperar la pérdida presupuestal que sufrió la UdelaR desde el año 2019, necesitábamos poco más de 1.570 millones de pesos. En esta rendición de cuentas, en medio de una intensa e histórica movilización, la coalición de gobierno tuvo que modificar sus planes iniciales: se detuvo la quita del adicional del Fondo de Solidaridad, se asignaron fondos para financiar dos programas del Hospital de Clínicas y finalmente encontraron recursos para atender apenas a poco más del 10% de lo solicitado originalmente. En total, hablamos de un magro 18% de lo imprescindible, esta asignación presupuestal insuficiente pone en riesgo la apertura de nuevas ofertas educativas en áreas de alto impacto social. Con salarios deprimidos para los trabajadores de la UdelaR se debilita aún más la ya endeble estructura administrativa y de servicios que el CENUR debe atender (aproximadamente 800 docentes y 14 mil estudiantes).
MATRÍCULA ESTUDIANTIL
El aumento de la matrícula estudiantil ha incrementado también la demanda de becas de estudio de grado y de posgrado. Cada vez quedan más estudiantes sin el respaldo monetario que les permita estudiar en la Universidad. Esta realidad afecta también al plantel docente actual y futuro que recibe salarios deprimidos en relación a otros servicios educativos terciarios del país y la región.