viernes 19 de abril, 2024
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Datos históricos sobre el vaporcito Itapebí

Por Cary de los Santos.
El 29 de noviembre de 1896 se procedió por el muelle del ferrocarril (hoy muelle negro) a botar un vaporcito construido en los “astilleros” del Ferrocarril Noroeste del Uruguay.
Aunque era un buque chico, de dimensiones menores, su construcción era muy sólida, perfecta y con un corte muy elegante en su diseño.
El nuevo vapor sería destinado para el servicio del Resguardo de la Ciudad de Salto. Un año antes, en 1895 en los talleres del F.C.N. del Uruguay, se había construido la máquina carbonera, denominada «Criollo» y dos coches Pullman, para uso exclusivo de su director «Alan Darton».
Hoy nos seguimos asombrando por su construcción, y principalmente, por ser la «primera máquina construida» en el siglo XIX en América del Sur. Sin embargo, es lógico pensar: que sería mucho más común y aceptado que en los talleres del Ferrocarril del Noroeste, aquí en el Salto Oriental se procediera a construir una máquina carbonera, por estar en el rubro del servicio de transporte por medio de ferrocarriles.
Lo que es asombroso e impensado, es que en esos mismos talleres se haya construido un buque accionado a vapor.
PRUEBAS A LA MÁQUINA DEL «ITAPEBÍ»
Al nuevo buque se le denominó «Itapebí», y luego de ser fondeado en la zona del muelle del ferrocarril, se procedió hacerle algunos ajustes en su máquina de vapor y a la colocación de la caldera.
El 3 de diciembre de 1896 se procedió a prender los fuegos de su caldera y se realizó un viaje de prueba con resultados satisfactorios.
El diario «El Avisador», en la edición del 4 de diciembre de 1896, informaba: «El Resguardo – Nos dicen que hoy será entregado definitivamente á esa repartición, después de hechas las últimas pruebas, el vapor Itapebí».
PIQUETE DE SOLDADOS
AL AGUA
El día 26 de febrero de 1897 un piquete de soldados del Batallón de Cazadores, al querer embarcar en el vapor «Itapebí», algunos de ellos cayeron al agua, con sus Mauser, municiones y poncho.
Inmediatamente los diarios salteños comunicaron del hecho a los vecinos del Salto Oriental, y no dudaron en responsabilizar a las autoridades por la falta de previsión.
«…A nadie se le puede ocurrir que existiendo una planchada que hace las veces de embarcadero, al cual puede atracar el Itapebí, y que la Capitanía tiene dos ó tres falúas, que sirven muchas veces para llevar o traer de á bordo extraños, o individuos que ocupan muy modesto puesto, en la administración del país. Mal proporcionó al jefe de la guarnición ó a quien la represente para embarcar un piquete de soldados que va en desempeño de una comisión, y estos tengan que utilizar para llegar al Itapebí a una piragua, chalana ó como se llame, que no tiene más de un pie de ancho y cinco de largo.
En ella entraron cinco soldados y el conductor…»
Al atracar el vapor «Itapebí», para que los soldados abordarán, se les dio vuelta la embarcación y se fueron al agua.
El diario «El Avisador», continuando con la información, decía:
«…Lo que sucedió es fácil comprenderlo. Los soldados se cayeron al agua en dos metros de profundidad y si no se agarran á la chalana, todavía irían por el fondo del río, con sus ropas y municiones.
¿Quién merecía culpa de este accidente, como de la pérdida de los Mausers?
Nos parece que no es tanto el calado del Itapebí para que no pueda atracar á la planchada; lo mismo quienes deben de la Capitanía proporcionar una embarcación para que esos soldados se embarcarán con comodidad ó con seguridad de la vida por lo menos.
Llamamos la atención del Coronel Abreu, sobre este accidente, que de repetirse, podrá quitarle la vida á varios infelices soldados, á demás de la pérdida de las armas de precisión que lleven para su garantía y el desempeño de la comisión que se les confía.»


BIBLIOGRAFÍA
-Diario El Avisador, de los años 1896 y 1897.
-Diario La Reforma, de los años 1896 y 1897.


Muelle del ferrocarril, puerto de los aguadores y puerto de las lavanderas.

En la inauguración del puente sobre el río Daymán, los vapores Itapebí y Amelia,
llevaron a las autoridades y demás vecinos del Salto.
Edificio de la Capitanía y comandancia del Puerto de Salto (hoy edificio de la Aduana), se aprecia creciente del río Uruguay, y vaporcito chico en tareas de descarga.