Edil Facundo Marziotte
Lista 40404 Partido Nacional
El próximo 28 de enero recordaremos que estaría cumpliendo años el gran Wilson Ferreira Aldunate, y como siempre en cada una de sus fechas se nos viene a la mente sus logros, sus luchas, sus desvelos, su amor a la patria, la defensa de la democracia, su apuesta a la gobernabilidad en momentos difíciles, pese a que no lo dejaron ser lo que debió ser, entre otras cosas.
En momentos donde algunos entienden que la campaña electoral es permanente y todo vale, haciendo realidad aquello que indica la frase «que el fin justifica los medios», donde la soberbia le gana la pulseada a la humildad, hay que recordarlo más que nunca, porque si hay algo que Wilson fue, es un fiel custodio de la República en su máxima expresión y defensor de hacer lo correcto por sobre lo conveniente.
Wilson nos dejó el legado de sus ideas, pero además nos dejó su visión del Uruguay como un todo, lo que llamaba «la comunidad espiritual», un País pequeño, conectado, integrado, heterogéneo, pero unido en la diversidad. El Uruguay que queremos seguir construyendo, es el País que él soñaba.
Wilson fue el Presidente que algunos que se creyeron dueños de los destinos del Patria nos prohibieron. Es difícil hablar sobre lo que no ocurrió, pero déjenme decirles que estoy convencido que hubiera sido un gran Presidente. El que los Uruguayos querían, y que se lo vetaron. En esto hay que ser bien claro, Wilson no fue Presidente por que no lo dejaron. No porque que los Orientales no quisieran.
A veces escuchamos en estos tiempos a quienes buscan sobre supuestos, decir en donde estaría Wilson ubicado en el mapa político actual y qué pensaría sobre algunos temas. Wilson está tan presente en cada uno de los que entendemos en su camino a esta actividad, que ni si quiera es necesario preguntarse esto.
La luz de Wilson, es la que nos dejó con su manera de actuar en la actividad pública del País, es su forma de enfrentar los momentos y problemas y de decidir priorizando siempre el bien común de su amada República.
Para terminar esta breve reseña, no quiero dejar de citar una linda frase que dijo en el memorable acto de la Explanada de la Intendencia de Montevideo tras salir de la cárcel ; «Que venga el viento, que venga el viento y barra todo lo que tenga que barrer y aunque se nos trasforme en huracán no teman, si el huracán sopla, animando las viejas banderas del Partido Nacional».
Que nunca se pierda el objetivo de la actividad política bien entendida, y nunca dejemos de hacer lo correcto por encima de lo conveniente.
Columnistas