Por la Dra. Cecilia Eguiluz
Cuando hablamos de los problemas que enfrenta el departamento de Salto desde lo económico, inmediatamente ponemos el foco en el desempleo, a lo cual últimamente se ha sumado la caída de la actividad económica.
Al ir de la mano estos dos factores, lamentablemente complejizan la situación económica e impactan irremediablemente en el componente social, en la pobreza, derivando en el sostenimiento y aumento de las políticas de asistencialismo que se siguen aplicando.
En nuestra agrupación, “Éxodo XXI” de Cabildo Abierto, analizamos cada uno de estos elementos, pedimos asesoramiento, e intercambiamos ideas para hacer propuestas concretas y realizables que puedan “cambiar la aguja” de esta realidad conocida.
Mucho se habla del desarrollo del departamento, pero la realidad indica que Salto no está pasando por un proceso de crecimiento o de desarrollo, sino todo lo contrario. Y es por eso que nosotros seguimos poniéndonos firmes y diciendo que los actores políticos debemos discutir sobre los temas importantes.
En Salto, hace falta inversión pública que genere movimiento económico real, mano de obra, y que la misma fortalezca sus ejes de desarrollo, de manera de hacerlo sostenible en el tiempo. Esto, que parece obvio, no lo es, porque lamentablemente estamos acostumbrándonos desde hace bastante tiempo a tolerar anuncios que no conducen a un desarrollo económico y social sustentable, «obras» que nunca llegan a concretarse.
A la ausencia de inversión en obra pública importante por parte del gobierno nacional, ya sea en los 15 años del Frente Amplio como en el actual, se suma la falta de claridad que ha tenido Salto últimamente en cuanto a la definición de sus propios ejes de desarrollo, esto último atribuible a su sistema político, que no se ha puesto de acuerdo para exigir ya que, lamentablemente, a veces prioriza intereses electorales. Estos dos componentes, con el paso del tiempo, a nuestro entender, han causado daños irreparables.
Frente a esto habemos muchos salteños que queremos aportar nuestra visión y trabajo, realizando propuestas serias, pero exhortando a que se accione ya, para detener en este punto el deterioro económico y revertir la curva para poder crecer. No podemos permitirnos una política de “pan y circo”.
En ese sentido proponemos colocar en la agenda de desarrollo departamental y regional, la reactivación de las vías férreas del norte para movilizar carga. Uruguay se encuentra hoy concretando el proyecto del Ferrocarril Central para UPM2, es una inversión millonaria impulsada por el Estado Uruguayo, de al menos 3 mil millones de dólares.
Nuestra propuesta, en la que venimos trabajando y teniendo conversaciones desde hace un tiempo, refiere a la necesidad de concretar la obra pública de reestructura total de la malla ferroviaria del norte del país. Una inversión de alrededor de 100 millones de dólares. Sabemos que en este tema ha trabajado el Dr. Osta de AFE, al cual nos sumamos.
Para nosotros ¿Cuáles son los factores que favorecen esta obra en este momento?; por un lado la necesidad de hacer obras en el norte del país para compensar la caída de la actividad económica.
Por otro lado la necesidad de prever el aumento en la caída del empleo en el norte, lo cual sin duda pasará con la terminación de la obra de UPM2, sabemos que este tema es de especial preocupación para los trabajadores y sus familias, muchos de ellos oriundos de nuestro departamento.
Por otro lado, la ventaja de poder aprovechar el Know-how del personal que está hoy tendiendo vías en el sur, o sea aprovechamiento de la productividad. Hay que hacer entender al sistema político que estamos frente a una oportunidad en un tema de economía de escala.
Por último, hablar del desarrollo de este ramal norte, complementaria a la malla de vía férrea del país productivo. Es también un momento ideal para romper con la desigualdad territorial en materia de inversiones, donde al final siempre se posterga al norte del país.
Parece conveniente al menos, que si ya se invirtieron 3 mil millones de dólares en vías en el sur, que han empleando alrededor de 3.000 trabajadores, se complemente esta inversión con 100 millones de dólares más, para ensamblar el norte, invirtiendo en los tramos que faltan Queguay/Salto y Chamberlain/Tres Árboles.
Se completaría así la malla de vías férreas, se abarataría el costo de carga, se generarían nuevas oportunidades de negocios para la zona y para la carga que pueda venir de Paraguay, Brasil o Argentina hacia puertos uruguayos.
Tengamos en cuenta que solamente de adicional para la construcción de las vías en el sur del país, el estado reconoció recientemente un pago de 500 millones de dólares… parece lógico invertir 100 millones más en este tendido que proponemos. En definitiva, creemos que hay argumentos de eficiencia suficiente para indicar que esta inversión es dinero bien colocado y que el estado uruguayo debe considerar hacerla en este momento, sin dejar pasar este tren.
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