viernes 29 de marzo, 2024
  • 8 am

Cábalas

César Suárez
Por

César Suárez

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Por Dr. César Suárez
Los seres humanos tenemos toda clase de fantasías, que transitan por los vericuetos insondables de la intimidad de cada uno, imposibles de interpretar si cada individuo no la manifiesta ya sea con palabras como con actitudes.
Intentar de entender las conductas que cada uno, suelen superar con creces la capacidad de interpretación de los expertos, y sus conclusiones no logran otra cosa que terminan por confundir a los comunes mortales.
Muchos, aunque no entienden nada, como en algo hay que tener fe, repiten sin entender lo que dijo el referente y aunque la conclusión no encuentre la más mínima evidencia para su confirmación los fieles no necesitan otra cosa que la fe para lo que sólo hace falta creer
Uno escucha por ahí expresiones peleadas con la realidad sobre supuestas verdades que nadie puede demostrar, pero como la gente necesita creer en algo que le dé sentido a su existencia, agarra viaje igual y lo toma así, en crudo y sin tener la más mínima evidencia, va y repite cosas sin sentido en nombre de la fe multiplicando mensajes que mueven multitudes pero cuya veracidad terminan por ser difíciles de demostrar porque son surgido del misticismo con convicción personal pero que suelen ser bastante antojadizos.
De esta manera se multiplican religiones, cada una con su verdad mística que por tanto es indiscutible, pero suele darse de patadas con otra verdad mística de otro que tampoco es discutible.
Cada religión tiene sus adeptos militantes teóricos, líderes, adherentes, que anuncian verdades fundamentadas en la fe y hay tomarlas así o dejarlas o recurrir a otra verdad mística, muchos son fanáticos, fundamentalistas y no hay quien los mueva un ápice de su versión, aunque carezca del más mínimo sustento, llevando a actuar en forma irracional contra otro que razona en forma “normal” o contra otro que incorporó otro misticismo con el cual resulta imposible ningún punto de encuentro.
Pero hay locuras colectivas que suman adeptos en la misma línea y anda por ahí con su propia interpretación en nombre de un Dios imaginado que tiene la personalidad que su creador le asignó y sus propias reglas, y que, en los extremos, algunos que llevan a matar al enemigo y otros a perdonar, y en el medio, a otros les ayuda a “currar” con la fe y la necesidad ajena de creer en algo que desexorcise su triste realidad
Pero aparte de todas las religiones constituidas y reconocidas con innumerables adeptos, hay una suerte de manías individuales que nos suelen de algún modo tocar a todos que son los ritos individuales una suerte de cábala, cada uno inventa una, de uso propio, pero hay muchas compartidas vinculadas a la suerte o a la mala suerte que le espera en la vuelta de la esquina.
No pasar por debajo de una escalera, cruzarse con un gato negro, planificar para un martes 13, entrar a un lugar con el pie izquierdo, números pares y números impares.
Hay muchas interpretaciones del término cábala según lo que se puede extraer del diccionario de La Real Academia Española dónde relata que se trata de un sistema de interpretación mística y alegórica de la biblia judía, sin embargo, en nuestra práctica cotidiana se trata de acciones que cada uno realiza sin ningún fundamento para sentirse protegido ante una eventual desgracia.
La realidad cotidiana muestra que más allá de la fe religiosa que tiene un gran número de nuestra sociedad, cada uno aparte, tiene algún tipo de rutina que realiza en forma sistemática como una forma de protección personal para tomar confianza en la tarea que se emprende muy común de ver en las canchas de fútbol donde se les ve a los jugadores realizar rituales al entrar al campo de juego.
Como dice el refrán popular, yo no creo en brujas pero que las hay, las hay.