sábado 27 de abril, 2024
  • 8 am

Cada uno en su lugar

Pablo Vela
Por

Pablo Vela

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Por Pablo Vela
Aunque no parezca lo ideal, aunque no lo sea en realidad, este constante estado de campaña política electoral en que nos sumergen gobernantes y oposición nos obliga a estar alertas a detalles o situaciones que serán importantes mantener “vivos” o “claros” para que aquellos votos pensados tengan todo el panorama a disposición para sufragar de la mejor manera posible a su real saber y entender.
Porque una porción de los sufragios, cada vez más grande, lamentablemente seguirá apoyando al que le arrime algo ya sea en forma de “puestito”, “canasta”, “terreno”, hasta “choricitos”. No les importa que se les ponga delante de las narices verdaderos horrores de gestión, hay votos que siguen en fila india, sin preguntar, al “líder” que en un acto “inmenso de gobierno” generó esa felicidad pasajera.
Pero aquellos que están más allá de eso, que piensan en el futuro del país, del departamento, de sus hijos, debemos entender que lo mejor para todos es que esos puestos claves (Presidente, diputados, senadores e Intendente) sean ocupados por personas que honren y respeten el cargo, con errores sí pero buscando satisfacer a la población en general y no solo a algunos pocos, o que se aprovechen de la necesidad de la gente para atraerlos y sumarlos a sus filas.
Entonces vemos con algo de sorpresa a políticos que cuando tuvieron que gestionar nuestros recursos los dilapidaron y hoy en día con expectativas de candidaturas, gritan a los cuatro vientos saber qué hacer y qué no hacer, dicen tener la valentía que no tuvieron en su momento, ¿por qué creerles?.
Títulos inexistentes, sobrecostos en obras públicas, avales mal otorgados, conjunción del interés personal y público son solo algunas perlitas que quienes hoy exigen transparencia tienen en su historial.
Aclaremos, NO ESTÁ MAL QUE EXIJAN TRANSPARENCIA, lo que queda un poco turbio es que hayan aplaudido, llevado en andas, realizado caravanas pero nunca pedido disculpas (al menos) por esos hechos que la Justicia decretó consumados.
Jamás una explicación por despilfarrar millones y millones de dólares, pérdidas de dinero insólitas, compras inexplicables (porque son comprables al decir de la inolvidable ex Senadora Constanza Moreira), compras sin sentido, recursos que el país perdió, no puede recuperar y que tanto se necesita o se necesitó por ejemplo al comienzo de la pandemia que por el COVID sufrimos.
Ejemplo 1: la Intendente de Montevideo Carolina Cosse, exige hoy al Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial, viviendas para los montevideanos que hoy sufren por su incompetencia la falta de soluciones a las enchorradas generadas por chaparrones de entidad en poco tiempo. Pero Intendente, ud. gastó 100 millones de dólares de más en una obra mal ejecutada, observada por el Tribunal de Cuentas, mal calculada (ANTEL ARENA) ¿Cuántas viviendas se podrían hacer con ese dinero?.
Ejemplo 2: el Intendente de Salto Andrés Lima (¿vive en Salto?) exige soluciones para el agro por la sequía y el déficit hídrico que hoy vive el país. Pero Intendente, ud. aplaudió la compra de “hornos”, “bombas” y “fiestas” en ANCAP de su amigo Raúl Sendic. Por arriba y sin detalles: más de 1.000 millones de dólares! Con buenos gestores mucho se podría hacer, verdad?.
En fin, eso de que los políticos tienen cara de piedra en estos días se está viendo a diario y como electores tenemos la obligación de ubicarlos en los lugares que corresponda: por incapaces de gestionar, incapaces de vivir la realidad del uruguayo o simplemente por sinvergüenzas.
Quedan ejemplos varios de despilfarro, en todos los partidos políticos, claro que sí. Por eso somos cada vez más importantes porque el poder del voto está por encima del ego de todos nuestros políticos.