sábado 27 de abril, 2024
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El magnífico vapor “HELIOS” de las Mensajerías Fluviales del Plata

Por Cary de los Santos Guibert.
El “Helios” era un magnífico vapor a ruedas, que fue construido en 1892 en  los astilleros navales de “Scotswood Shipbuilding Co. Scotswood ”, situado en NEW CASTLE – Escocia. Su construcción estuvo bajo la vigilancia del ingeniero naval de origen inglés “Thomas Elseé”, ferviente colaborador del armador naval “Saturnino Ribes”.
Thomas Elseé en  esa época era el  director general del mencionado astillero naval y «John McKenzie», era su secretario.
El astillero abarcaba una superficie de 8 acres (32374.85 m²) y estaba bien equipado, siendo modernizado para dedicarse a la construcción de cascos de acero de los buques movidos a vapor.  Sin embargo, Elseé fue el primer ingeniero naval en llevar a la práctica su idea de hacer construir buques  de acero dulce, mucho antes de establecerse la firma Scotswood Shipbuilding Co. (1890 – 1894).
El «Helios» llega al Río de la Plata.
El buque fue botado al agua y abandonó Escocia y se dirigió  al Río de la Plata llegando al Puerto de Montevideo en el mes de octubre de 1892.
Saturnino,  lo bautizó con la denominación de «Helios», y además, dió su explicación:  «…Era el nombre que daban los griegos al sol, por eso lo adopté para el nuevo buque en la creencia de que será en su carrera un sol  que iluminará  las costas  de  los ríos  que surcará.”  El armador francés lo  destinaría a la carrera  del Río Uruguay, y  designará  al personal de abordo, siendo su  primer capitán  el experto marino «Clímaco Beckar» y su primer comisario «Juan Irigoyen».
El “Helios” llega  al Salto Oriental.
El magnífico vapor «Helios» llegó al puerto de Salto, y varios vecinos asistieron a presenciar su arribo. Sin embargo, era costumbre en aquella época, que todo buque que llegaba por sus propios medios o los  que se construyeron totalmente aquí en Salto, en los astilleros navales del Pueblo Nuevo, antes de ser  puestos en funcionamiento en la «carrera»  se  realizaba   un viaje de inspección.
Viaje de inspección  del «Helios».
El día 8 de noviembre de 1892 salió de nuestro  puerto el lujoso vapor «Helios», para verificar el funcionamiento de su maquinaria y realizar una prueba de su marcha  hasta Guaviyú donde Ribes tenía  su establecimiento ganadero. Un diario salteño, decía:  “…a las 8 de la mañana fueron prendidos los fuegos de este espléndido vapor de las Mensajerías Fluviales del Plata, para verificar una prueba de su marcha yendo hasta Guaviyú…”
Té a bordo del «Helios»
Luego del viaje de inspección de su maquinaria, y a su regreso a Salto, se realizó un «Thé» en los magníficos salones del Helios, un diario local refiriéndose al acontecimiento, decía:  “…Se vio invadido por lo principal de nuestra sociedad, viendo sus salones poblados de Sras. Stas. Y Caballeros, parecía aquello un cuento de hadas, la iluminación eléctrica daba un aspecto deslumbrador.
Entre los visitantes tuvimos el placer de ver á Don Saturnino Ribes, el hombre a quien tanto debe esta ciudad. El Agente  Sr. Matías Fresnedo  con el chic que le es peculiar se multiplicaba en atenciones.
Nuestras mas sinceras felicitaciones á las «Mensajerías Fluviales del Plata» por el hermoso buque que ha venido a aumentar su flota.”
Sus principales características.
»Bernabé Fuerte» director de los astilleros de Saturnino Ribes, sobre el «Helios», decía:  «…Es el primer vapor de ruedas de esa clase que navegará en nuestros ríos.
Su iluminación es eléctrica, con máquinas de las más avanzadas…”
El magnífico vapor media 260 pies de eslora por 31 de manga y 12 ½   de puntal.  Tenía dos plataformas laterales de 52 pies, que los  pasajeros utilizaban para esparcimiento alrededor del buque. El Salón principal era espléndido y abarcaba casi toda la superficie del buque y se encontraba  adornado con  finas pinturas.
Poseía  máquina  de triple expansión  con tiraje torzado, desarrollaba una marcha de 18 millas la hora.
Su capacidad era para 550 pasajeros, acomodando 200 en 1ª clase y  150 en segunda y 200  en tercera. Luego, el paquete a vapor «Helios»  al imponerse en la carrera, fue sobrenombrado por su velocidad  «El galgo de los ríos»  y por su hermosura y comodidades «el non plus ultra palacio flotante”.
Muelle, obsequio de Saturnino Ribes
Saturnino Ribes, aparte de ser un defensor apasionado de sus intereses, fue un hombre que siempre se preocupó por los adelantos del Salto Oriental, sin vacilar cuando tenía que ofrecer los servicios de su compañía   en pro del progreso de su segunda tierra,  de la población que lo había cobijado a su llegada,  cuándo era un inmigrante más que llegaba a puerto a desafiar el destino  con las intenciones de  cumplir sus sueños.  Ribes, ya no era aquel desconocido, todo lo contrario, informaciones sobre él recorrían toda la cuenca del Plata, diarios orientales y argentinos se ocupaban del armador francés, era respetado por todos sus adversarios, y quizás,  uno de los hombres más envidiados de la época y del ramo.
Cuando llega el vapor «Helios» a nuestra ciudad, traía un «muelle móvil de hierro» que había venido de Escocia. El mismo contaba con una longitud importante y  era portátil, tenía todas las condiciones necesarias para ser utilizado en el desembarque de pasajeros de los vapores e inclusive para ser utilizado también con los vaporcitos del paso (Salto – Concordia). En épocas  de sequías  y grandes bajantes los vapores aunque calaran poco  no podían aproximarse al viejo malecón  y dificulta   todas las operaciones de cargas y descargas y de subida y bajada de los pasajeros:
“… Los pasageros tienen que desembarcar en unas planchadas que pertenecen á las Mensagerias Fluviales del Plata, haciendo equilibrio en las tablas sueltas, y atravesar en días de lluvia ó humedad  el barrial que se forma desde la citada planchada hasta tomar la vereda ó carruage …” Saturnino Ribes conocedor de la problemática,  mandó a construir un muelle   y se lo obsequió a Ángel Bossio, que  envestía el cargo de Receptor de Aduana.