viernes 19 de abril, 2024
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Es la hora

Pablo Vela
Por

Pablo Vela

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Por Pablo Vela
Si algo ya tuvieron los partidos políticos fueron oportunidades: todos han gobernado, en lo nacional, en lo departamental, en lo municipal, directa o indirectamente, pero a todos ya les vimos sus formas de llegar y de pretender mantenerse.
Entonces es hora de hacer vale nuestro voto como corresponde, pensando en cada ciudadano al que podamos hacer llegar a lugares que luego deberán ser cruciales para que mejoremos como sociedad, en cada una de las políticas de Estado que deben desarrollarse, etc., pero es la hora de no dejarnos engañar más.
Vote a quien vote, cada uno tiene la obligación por sí mismo y por los que vendrán de pensar si realmente está “haciendo rendir el voto”; si lo estoy entregando por una promesa personal o colectiva, si directamente llegaron en los últimos días las visitas de algunos dirigentes políticos ofreciendo “cosas” o si realmente la persona a la que respaldo trabaja en los problemas de todos, de todo el barrio, de toda la zona, de todo el departamento, si lo hace en busca de mejorar la calidad de vida, si gestiona bien los recursos (tantas cosas debe hacer alguien que ocupe un cargo político), allí es donde debemos generar una presión positiva, la del reclamo fundamentado.
Esa zaranda, hoy en día dejaría en el país a muy pocos políticos o líderes de sectores en “carrera” y si lo traemos a lo local, menos aún serían los participantes. No por incapacidad sino porque la más fácil, la cómoda es el camino corto: la satisfacción de una necesidad particular en lo inmediato o dichos con otras palabras: jugar con la necesidad de la gente para juntar votos, de las maneras más miserables de utilizar a la gente.
Pero hay que animarse porque seguramente, de todos los partidos políticos, surjan auténticos referentes partidarios, dispuestos a trabajar, gestionar y ejecutar sin tener en la cabeza a quienes se le debe cumplir por cuestiones electorales pasadas (cantidad de votos obtenidos) o por cuestiones electorales futuras (atracción de “dirigentes” de otras filas políticas, por ejemplo).
En definitiva lo que no podemos dejar crecer es al “candidato” que habla lindo, anuncia cosas, habla mucho y sin decir nada, al que en definitiva salvo en cuestiones puntuales como por ejemplo la donación de DOS pelotas de fútbol y UNA red para UN arco de fútbol, ni siquiera vive nuestros problemas diariamente.
Exijamos la aparición de políticos que anuncien concreciones, que recorran junto a los vecinos los problemas, escuchen de primera mano los problemas, analicen juntos los problemas y luego ejecuten las soluciones a esos problemas.
Démosle la oportunidad a quienes sin ataduras podrán expresarse aun estando en desacuerdo con sus propios correligionarios, si es que así se entiende pertinente u ocurre porque solo así se podrá cumplir con lo “pactado” con la sociedad.
Es momento de terminar con la política mediocre y rastrera, elevemos la mira, que se escuchen debates con altura, que arrojen como resultado conclusiones para el ciudadano, tanto en la nacional (senadores, diputados) como en lo local (ediles).
El descreimiento de la gente sobre la política es por demás justificado, por muchos años dejamos que aquellos con un tiempo libre y algo para ofrecer de intercambio llegaran a lugares que no deberían haber llegado. Eso ya pasó, la buena noticia es que se puede solucionar y a partir de junio de 2024, luego de un proceso engorroso, largo y costoso, podemos ir poniendo a cada uno en su lugar. Al final, sin importar resultados personales, sabremos si hemos crecido como sociedad en unción de quienes nos representen durante 5 años tanto a nivel departamental como nacional y ahí sí, ya no habrá derecho a “pataleo”, al menos por 5 años más.