jueves 2 de mayo, 2024
  • 8 am

La cultura en caída libre

Fulvio Gutiérrez
Por

Fulvio Gutiérrez

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Por el Dr. Fulvio Gutiérrez
Es cierto que las actividades relacionadas con la cultura no están expresamente establecidas como una de las competencias de los Gobiernos Departamentales. Sin embargo, nadie en su sano juicio, puede afirmar que la actividad cultural no está dentro de sus competencias, en base a elementales principios generales y a arraigadas situaciones de hecho. No olvidemos que los derechos culturales forman parte de los derechos humanos y por lo tanto, las políticas culturales son parte esencial de una política social. Pero, además las políticas culturales son políticas públicas, y como tales, se les debe aplicar las mismas reglas propias de otras políticas a la hora de su diseño, planificación, y de establecer objetivos o evaluarlas. En cuanto a las arraigadas situaciones de hecho, nadie puede dudar que Salto siempre fue un departamento donde la actividad cultural, vista en su más amplia expresión, se fue creando, desarrollando y expandiendo desde el siglo pasado, por el empuje, la iniciativa y el apoyo de agentes públicos y privados. Es imposible detallar la descollante actividad cultural de nuestro departamento en toda su historia, porque el Gobierno Departamental ha tenido bajo su competencia museos, bibliotecas, teatros, conservatorios donde se enseña música, orquestas y bandas, coros, y desde siempre, ha cumplido por intermedio de ellos, una trascendente actividad cultural que le ha dado un enorme prestigio dentro y fuera del país. Es decir, la cultura es una clarísima expresión popular, a la que la Intendencia jamás puede estar ajena. Así se forjó la cultura salteña, y así Salto fue reconocido en todo el país desde siempre.
Por eso la Intendencia de Salto, ha jugado siempre un papel muy importante en su desarrollo y apoyo permanente. Lamentablemente “siempre” es un decir, porque en estos últimos años, la cultura ha pasado a considerarse algo secundario, por la desidia y el abandono del gobierno del Intendente Andrés Lima. Hay varios ejemplos para corroborar eso.
Para empezar, en el organigrama de la Intendencia de Salto, no existe un Departamento de Cultura como otrora existiera, lo que resulta inconcebible y chocante para nuestra rica historia cultural. La “Banda Municipal” como tal, ha sido desmantelada, y cuando se formó un movimiento popular pretendiendo solicitar el restablecimiento de la histórica Banda, el Intendente no ocultó su molestia y desinterés por ese movimiento. Para colmo de males, veo en las redes sociales fotos del “Museo del Hombre y la Tecnología, Arq. Néstor Minutti”, mostrando como parte de su fondo y espacios verdes se han transformado en un basurero, y donde la icónica locomotora “La Criollo”, que está a los fondos del museo, se ha transformado en un caótico lugar de mugre y desperdicios, ocupado a veces por personas en situación de calle. Más allá de que ese museo está cerrado, igual que el “Museo Arqueológico”, ubicado en la planta baja del mismo edificio. A eso se agrega el hecho de que hace años que el “Museo Histórico” también está cerrado, habiéndose dado a su edificio otros destinos; y ahora, se ha mencionado que el “Museo de Bellas Artes” tiene serios problemas de mantenimiento, y no se permite subir a la planta alta por algún problema en la histórica escalera que fabricó Pacot, que no tiene miras de repararse. Completa este desastre, el hecho de que el museo de la Casa de Horacio Quiroga tampoco funciona.
Por eso lo del título, la cultura salteña que necesaria e históricamente había sido impulsada y mantenida por la Intendencia de Salto, está ahora en caída libre.