miércoles 4 de diciembre, 2024
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Luis, en el país de las maravillas

Gustavo Chiriff
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Por Gustavo Chiriff
Ya hace algún tiempo venimos comentando lo que está sucediendo en nuestro país, el país que nos prometieron que sería el ideal, con empleo para todos los uruguayos y uruguayas, con seguridad, sin rejas o como dijo el ministro Heber: “volvieron las carteras al barrio”, con soluciones habitacionales a los más de 500.000 uruguayos que padecen la falta de vivienda propia o vivir en la extrema indigencia, con un sistema de salud con medicamentos, sin espera para especialistas, un país sin aumentos de tarifas e impuestos, con crecimiento de salarios, con oportunidades para los jóvenes, con inversiones en todo el territorio, un país donde viviríamos nuestros mejores cinco años. Todas esas promesas las escuchamos en la campaña del 2019, cuando hacían énfasis en la seguridad, que tenían las personas indicadas y el programa adecuado para combatir la delincuencia. En el primer semestre de este año hubo 187 homicidios, estadísticamente uno todos los días. Este es el Uruguay que prometieron, donde la inseguridad iba a ser cosa del pasado. Que se lo digan a los comerciantes y vecinos de varios barrios de Montevideo, que tienen que cerrar el comercio cuando oscurece y que prácticamente en la noche es un toque de queda.
Nos mintieron cuando dijeron que este iba a ser un gobierno más transparente, que no habría lugar para los acomodos y la corrupción, pero en los hechos, este gobierno de coalición mostro en todos sus socios, que lo que escribieron con la mano, lo borran con el codo.
Sobradas muestran de estas situaciones se han dado en estos tres años de gobierno de coalición, desde los dudosos contratos a una empresa del exterior para hacer promoción de Uruguay, en plena pandemia, por parte del MINTUR, que le costó el puesto a Cardozo, pasando por la entrega de viviendas a sus correligionarios por parte de Moreira, cuando era ministra de Vivienda, luego el caso Astesiano, donde aún siguen sin aclararse algunos hechos que según la fiscal del caso “rozan” la corrupción, el caso de Sebastián Marset y el tráfico de influencia, lo de Penadés, inmoral por donde se lo mire y la ultima frutilla de la torta, la situación de CTM Salto Grande, con los ingresos indiscriminados que se realizaron favoreciendo al sector del presidente de CTM y a quien Coutinho señalaba.
Más allá de lo legal que pueda ser, independientemente que muchos de esos cargos deben ser cubiertos por concurso, la ética de que 8 ediles del Partico Nacional ingresaran con sueldos importantes, hace dudar de la transparencia de la gestión. Al finalizar este articulo nos enteramos de la renuncia de Carlos Albisu, está bien, pero no debe caer la interpelación sobre el gasto en CTM Salto Grande.
Hicieron creer que venían a cambiar la forma de hacer política y solo demostraron que han perdido el pelo y no las mañas. Ese país de maravillas que nos pintó Luis, a este que estamos viviendo los uruguayos y uruguayas, está muy lejos.