martes 7 de mayo, 2024
  • 8 am

Me parece que vi un gatito

César Suárez
Por

César Suárez

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Por el Dr. César Suárez
Sobre el planeta tierra hay una biodiversidad casi inimaginable, siempre se están descubriendo nuevas especies y variedades que abundan sobre tierra firme, en el agua y algunos tienen la virtud de desplazarse por el aire con enorme facilidad, algunos claramente visibles y otros invisibles.
Algunos de los animales son gigantes como las ballenas, elefantes hipopótamos, rinocerontes y otros de una pequeñez microscópica que vivieron ocultos a la vista del hombre hasta no hace tanto tiempo pero que inciden forma decisiva sobre la salud humana, en algunos casos para bien y en otros para mal.
Durante miles de años, animales y hombres vivían separados cada uno en su coto siendo hostiles entre ellos y cada parte resultaba peligroso con la otra parte hasta que el hombre terminó por darse cuenta que era más inteligente que los animales y comenzaron a domesticarlos para ponerlos a su servicio, siendo el perro, según estudios, hace como 11.000 años que los nativos comenzaron a incorporarlos a su entorno en forma progresiva terminando por ser parte de la familia. En diferentes épocas comenzaron a domesticar cabras, bueyes, caballos, asnos, gallinas, gansos, gatos, algunos como mascotas y otros alimentos o como fuerza de trabajo.
Lo cierto es, que es muy confusa la historias para establecer el momento exacto en que cada animal fue dominado y domesticado por el hombre y hoy día conviven amistosamente con los humanos, aunque hay especies muy difíciles de domesticar y nunca dejan ser peligrosos para sus propietarios o para alguno que pase cerca.
Yo que nací y viví en la campaña, desde muy pequeño viví familiarizado con una diversidad amplia de animales, perros, vacas, bueyes, ovejas, gallinas, cerdos, todos ahí en la vuelta como si fueran de la familia.
Cuando me instalé en la ciudad nunca quise hacerme cargo de ningún animal, pero como ya conté más de una vez, varios perros me adoptaron a mí, aparecían y ahí se quedaban y en mi etapa montevideana y así fueron desfilando El Gutierre, El Alonso y Nepomucelobo y ya estando en Salto tampoco quise tener animales a mi cargo pero un día una perra barbilla entró en fondo y se negó a salir de ahí y pasó a ser una mascota involuntaria y al final, la bautizamos con el nombre de Sofía y fue muy querible hasta su final, después a mi hijo se le ocurrió tener un perro setter irlandés que bautizó con el nombre de Raúl, perro tonto si los hay que se perdía cada vez que se alejaba media cuadra de la casa, muchas veces lo rescatamos hasta que una vez, escapó y lamentablemente, ya no lo volvimos a ver.
Ya sin mascota en casa, a mi señora se le ocurrió regalarles 2 tortugas a sus nietos y se las llevó de regalo, y la madre de los niños pronto las devolvió y ahí están hasta ahora desde hace años, nunca las puede entender y creo ellas tampoco me entienden a mí.
Si faltaba algo, hace un tiempo, un gato saltó el muro y se aquerenció como si siempre hubiese vivido aquí, se fue quedando hasta que no hubo otra alternativa que darle de comer, primero restos de comida, después comida de gato comprada en la veterinaria, pero eso no es lo peor de todo, el gato resultó ser una gata y poco tiempo después caímos en la cuenta que estaba embarazada y hace 3 días nos dimos cuenta que había tenido familia, 4 preciosos gatitos y de un momento a otro pasamos de tener un gato a tener 5.
Es obvio que no tengo la intención de criar todos esos gatos por lo tanto mi intención de darlos en adopción.
Son gatos nuevitos, cero kilómetros, sin uso y ando buscando almas caritativas que quieran adoptarlos y serán una compañía incomparable para quienes le esté sobrando un poco de cariño y como yapa, ya que están y sin compromiso, pueden llevarse una tortuga también sin cargo, o dos.