viernes 3 de mayo, 2024
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Día de brujas de todos los santos y de los difuntos

Agustina Escanellas
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Agustina Escanellas

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Por Agustina Escanellas
Fin de octubre y principio de noviembre se caracterizan por distintas celebraciones, de cuyos orígenes y significados indagamos con curiosidad y hoy comparto con ustedes. Detrás de esta búsqueda hay también preguntas existenciales que surgen respecto a la muerte, la vida, la conexión entre ellas y como enfrentar lo que no tenemos respuesta. El Día de las Brujas, también conocido como Halloween, se celebra el 31 de octubre. Tiene sus raíces en festividades celtas antiguas de Samhain, que se celebraban en las Islas Británicas y la región de lo que hoy es Irlanda, hace más de 2,000 años. Samhain marcaba el final de la cosecha y el comienzo del invierno, y se creía que, en esta época del año, los espíritus de los difuntos volvían a la Tierra. Es así, que, para ahuyentar a los malos espíritus, las personas se disfrazaban con máscaras, trajes, se encendían hogueras y se realizaban rituales para honrar a los antepasados. La llegada de inmigrantes europeos a América del Norte llevó las tradiciones de Halloween a esta región. A lo largo de los años, la festividad se ha convertido en una mezcla de tradiciones celtas, católicas y seculares. Hoy en día, Halloween se celebra con disfraces, decoraciones espeluznantes, juegos, dulces y fiestas. Las actividades incluyen el famoso “truco o trato”, donde los niños van de puerta en puerta en busca de golosinas desde la diversión, los disfraces, la risa, las bromas y la recolección de dulces. El Día de Todos los Santos es una celebración de origen en la Iglesia Católica en el siglo VII que nace como una celebración de todos los santos reconocidos por la Iglesia, incluyendo aquellos que no tienen una festividad individual en el calendario litúrgico. Originalmente, se celebraba en mayo, pero en el siglo IX, la Iglesia lo trasladó al 1de noviembre para cristianizar la festividad pagana celta de Samhain y la romana Lemuria. En la actualidad, el Día de Todos los Santos es un día para honrar y recordar a todos los santos y mártires. El Día de los Difuntos, o Día de los Muertos, es una festividad que tiene raíces en las tradiciones prehispánicas de México, como la festividad azteca dedicada a la diosa Mictecacihuatl, también conocida como la “Dama de la Muerte”. Mictecacihuatl es una figura importante en la mitología mexica y azteca -aunque en la mitología azteca había múltiples deidades relacionadas con la muerte, Mictecacihuatl era una de las más prominentes- esposa del dios de la muerte, Mictlantecuhtli, y juntos gobernaban el inframundo azteca, conocido como Mictlán. Mictecacihuatl desempeñaba un papel fundamental en guiar las almas de los difuntos en su viaje a la vida después de la muerte. En la festividad del Día de los Muertos, se le rinde homenaje como una figura que cuida y protege a los fallecidos. La imagen de Mictecacihuatl se ha convertido en un símbolo icónico de la festividad del Día de los Muertos en México, a menudo representada como un esqueleto vestida elegantemente, a menudo con un vestido largo y sombrero. Su papel en la mitología azteca y su presencia en las celebraciones contemporáneas del Día de los Muertos reflejan la profunda conexión de la cultura mexicana con la muerte como parte natural de la vida y la importancia de honrar a los seres queridos que ya no están con nosotros. Me quedo pensando en la aceptación del ciclo vital y de vaya que nos cuesta ponerlo en palabras, en esta búsqueda terrenal de encontrar respuesta desde la filosofía, la historia, la ciencia y lo espiritual, a las preguntas que nos hacemos como seres humanos finitos desde nuestro pequeño umbral, por el cual, por alguna razón, vivimos como si siempre hubiera un mañana, aun sabiendo que somos capítulos de un libro con final. Algunos se van con finales más abiertos, otros abruptos, otros más cerrados e inciertos. Celebro a los que se fueron en paz, honrando la vida en todo su esplendor, a los que dejaron huella y fueron luz. También a los que dieron un giro inesperado en sus historias y armaron nuevos capítulos y volvieron a reinventarse y rescribir nuevas zagas, porque al final de cuentas y de cuentos, mientras esperamos la muerte, la vida se impone y merece ser celebrada.