Por Pablo Perna.
En 1915 en Francia, Franz Kafka publica su novela que lo llevo a ser reconocido por todo el mudo, la que tituló “La metamorfosis”, esta novela trata sobre la historia de Gregorio Samsa, que vive con su modesta familia compuesta por su padre mayor de edad que ya no puede trabajar, su madre ama de casa con problemas de asma, y su hermanita Grete que toca el violín de manera extraordinaria, él es el único que trabaja y mantiene a toda la familia su sueño era que su hermana sea concertista. Un día Gregorio se despierta temprano como habitualmente lo hacía y descubre que se ha trasformado en un horrendo insecto.
La novela describe el drama familiar que este hecho generó, Gregorio pierde su trabajo, por lo que la familia ante los problemas económicos donde él era el único que sostenía al hogar se encuentra ahora incapacitado, el padre mayor debe de salir a trabajar nuevamente, la pequeña Grete consigue un empleo en una tienda, y la madre se encarga de la casa y de los huéspedes, en virtud que ahora deben de alquilar piezas de la casa para aumentar sus ingresos. La familia se reacomoda económicamente con los nuevos ingresos y Gregorio pasa a ser una molestia, ha logrado hasta ahuyentar a los huéspedes una vez que se escapa de su dormitorio y es descubierto. La familia decide dejar de pasarle alimentos, por lo que aquel que era el alma de la familia y el sustento económica de la misma, termina muriendo por inanición.
En el Gobierno de Luis Lacalle Pou ha sufrido un proceso de metamorfosis difícil de creer; en sus comienzos del Gobierno brota la epidemia más grande del mundo, jamás vista desde hacía más de 100 años y fuimos ejemplo a nivel mundial por la manera de haber manejado la misma con la “libertad responsable”, la popularidad era inmensa. Una vez salidos de pandemia las renuncias de cargos de confianza del Gobierno de la Coalición no han cesado, algunas por voluntad propia envueltos por conflictos internos, otros por haber cometido presuntos delitos y otros por haber mentido flagrantemente ante el Parlamento y a la opinión pública.
El 28 de junio del 2020 se concreta la primera renuncia del Gabinete, se retira el Canciller y socio de la colación Ernesto Talvi, luego renuncia el Ministro de Turismo German Cardozo por presuntas denuncias de corrupción, siendo precedida del ceses de su mano derecha en el ministerio Martín Pérez Banchero, luego fue la renuncia del ministro de Medio Ambiente Adrián Peña por haber mentido sobre un título que no tenía, Pablo Bartol, es cesado del Ministro de Desarrollo Social, Carlos María Uriarte es cesado frente del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, Daniel Salinas quien renuncia al ministerio de Salud Pública, Irene Moreira quien se le solicita su renuncia al Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial, Alejandro Astesiano, condenado y quien fuera el jefe de seguridad del Presidente, Gustavo Penadés, el senador más importante del Presidente, es formalizado y puesto a prisión por presunta pedofilia. Y las ultimas renuncias provocadas por emitir un pasaporte a un narcotraficante, primero con la renuncia de la vicecanciller Carolina Ache y la semana pasada del Canciller Fráncico Bustillo; y el sábado pasado las renuncias del Ministro del Interior, Luis Alberto Heber, la de su sub secretario Guillermo Maciel, conjuntamente con el asesor presidencial en temas de comunicación Roberto Lafluf.
La lista no se agota, sigue con ceses y renuncias de jerarcas intermedios, con estos ceses de jerarcas con cifras históricas, es difícil sostener que el presiente no haya sufrido una metamorfosis; únicamente esperemos que su equipo no termine con el presidente de la misma manera que el final de la historia del pobre Gregorio Samsa.
