martes 7 de mayo, 2024
  • 8 am

Recalculando

César Suárez
Por

César Suárez

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Por el Dr. César Suárez
La evolución de cualquier arte en términos generales tiende a mejorar y los cambios operados en los últimos tiempos han adquirido una aceleración tan grande que, incluso, para los profesionales de cualquier rama les resulta difícil seguir el ritmo de tanto cambio porque cuando uno se ha asentado en una estrategia de trabajo, rápidamente vienen nuevos conocimientos que sin duda tienden a favorecer el desempeño, pero adaptarse requiere un esfuerzo constante para estar al día.
La informática ha traído herramientas impensadas y cada día hay algo nuevo cuando uno no había terminado de adquirir lo anterior.
No hace tanto, una persona cualquiera podía pasar la totalidad de la vida laboral haciendo la misma cosa, de la misma manera con cambios casi insignificantes y lo único que cambiaba era la experiencia adquirida de tanto hacer lo mismo, pero en épocas actuales, un joven de 30 años es frecuente que haya cambiado de trabajo varias veces porque las empresas florecen en el área de su desempeño y rápidamente si no se adaptan a los cambios, declinan y hasta desaparecen porque aparecen nuevos métodos que generan nuevas empresas con otras tecnologías que van cambiando constantemente la demanda por parte de los clientes.
La medicina no ha sido ajena a esos cambios donde la tecnología se ha multiplicado tanto que ya es imposible que una solo profesional pueda hacer todo a tal punto que se han atomizado las prestaciones y las especialidades y las subespecialidades porque nadie puede saber de todo.
Sin duda que la especialización en diferentes ramas de la medicina ha permitido afinar el conocimiento en cada rama favoreciendo la precisión diagnóstica, el manejo de los recursos tecnológicos y la precisión de la prescripción. Ahora hay especialistas para cualquier área del cuerpo humano que invierten toda su capacidad en ahondar el conocimiento, cada especialidad se divide a su vez en varias otras y pasamos del médico único, médico de cabecera, en poco tiempo a tener en forma simultánea muchos médicos, a medida que aumenta la edad, más médicos aún para cada uno de los males que nos aquejan.
Pasamos a de tener un solo médico que se ocupaba de todo a tener un montón, pero en realidad, no teníamos ninguno porque cada uno se ocupa de su área, cada uno prescribe para lo suyo y frecuentemente nos encontramos con pacientes con más de 10 medicamentos diferentes, con interacciones, uno con los otros y nadie que unifique y coordine.
Por todas estas razones, tenemos que congratularnos con los progresos de la medicina, pero también tenemos que entender que cada paciente es un todo y alguien se tiene que ocupar de unificar cada uno de esos “pedacitos” que intenta reparar cada especialista por lo tanto es hora de volver al médico de cabecera o de familia cada paciente debe tener siempre un médico de referencia que centralice la asistencia, que conozca profundamente a su paciente, que se mantenga como tal a través de los años y pueda aconsejarlo y derivarlo cuando es necesario al especialista que corresponda, pero que no se desentienda, que el paciente vuelva con la opinión y las indicaciones del cada profesional, porque ese médico de confianza debe conocer además de sus patologías, su situación cultural, social, familiar, económica incluso geográfica para poder asesorar tal como lo hacían lo antiguos médicos de la familia.
Obviamente que todo lo dicho no va en desmedro de los especialistas de cada área, por le contrario, se trata de ordenar la asistencia de acuerdo a la realidad de cada paciente.
El especialista actúa en forma circunstancial o continuada, pero el paciente es mucho más que el órgano afectado, tanto del punto de vista orgánico, social o emocional y necesita a un profesional de la medicina que lo acompañe en toda circunstancia y ese no es otro que el médico de referencia o de cabecera o el médico de familia que atienda cada circunstancia de cada paciente, que lo derive cuando sea necesario, pero sin abandonarlo, asesorándolo, dándole la confianza necesaria y acompañándolo siempre.