domingo 5 de mayo, 2024
  • 8 am

Dios o el genio de la lámpara

Padre Martín Ponce de León
Por

Padre Martín Ponce de León

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Por el Padre Martín
Ponce de León
“Estoy buscando a Dios porque lo necesito ahora y no aparece”. Así me decía una persona no hace mucho. Tal planteo me hizo recordar al relato de Aladino y su lámpara maravillosa.
Como si nuestra relación con Dios fuese una realidad en la que podemos disponer, según nuestro antojo, de su presencia.
Dios no es “el genio de los cuentos”. Nuestra relación con Dios está basada en la fe. Sin duda que la fe no nos introduce en un mundo mágico. La fe no nos hace tener una relación extraordinaria con Dios.
La fe, regalo de Dios, nos permite tener una postura ante la vida. En primer lugar la fe nos hace saber que Dios siempre está presente en nuestra vida. Por lo tanto la cuestión no pasa por buscarlo sino por dejarnos encontrar por Él.
Él no se aparta de nosotros sino que somos nosotros quienes nos apartamos. Necesario se nos hace saber verlo. Para ello es que necesitamos mirar más allá de las cosas.
En oportunidades, cuando mostramos los objetos que guardamos, debemos explicar ese “algo más” que tales objetos poseen. Son, esas realidades, las que le dan un valor especial a los objetos que podemos poseer. La circunstancia en que nos lo obsequiaron o las personas que nos lo acercaron.
Podemos guardar objetos que tienen un valor agregado para quienes conocen tal realidad. De esa forma debemos mirar las cosas puesto que Dios siempre está presente y, por lo tanto, debemos saber descubrir esa presencia en lo que hace a nuestra vida. Si siempre está presente………… ¿debemos buscarlo?. Quizás deba preguntarme cómo miro mi historia que no lo llego a ver. En segundo lugar Dios no es una presencia para algunos momentos. Dios debe ser una presencia constante en nuestra vida. Para los momentos difíciles y para los momentos de bonanza. No se hace presencia para solucionarnos los problemas sino una presencia para ayudarnos a saberlos vivir. En cada uno de nosotros Dios ha puesto una serie de cualidades que son las que nos ayudan a saber vivir los problemas que nos llegan y a los que debemos enfrentarnos. Dios no es el genio de lámpara alguna.
Dios no está para complacernos sino que nosotros somos quienes estamos para complacerlo a Él.
Generalmente tenemos esa visión equivocada ya que… siempre le estamos solicitado que nos complazca. Como si nosotros fuésemos Dios y Él nuestro servidor. La fe nos hace saber que todo lo que nos sucede responde a un “para qué” de Dios. Y nosotros nos limitamos a decirle: “cambia esto” “soluciona aquello” “modifica tal cosa” “haz esto”.
Dios nunca nos quita la libertad y, por ello, jamás nos impone comportamientos.
En oportunidades nuestros pedidos de ayuda no son otra cosa que ese tener certeza en lo que debemos realizar. Siempre seremos responsables de las consecuencias de nuestros actos.
Preferimos que se nos diga lo que debemos realizar para no cargar con la responsabilidad de lo que hacemos. Podría hacerlo pero………. es tremendamente coherente y respeta nuestra libertad aunque ello signifique equivocarnos u optar equivocadamente.