Dra. Lucía Buldain
Colegio Médico del Uruguay
Consejo Regional Norte
Palabras que quizás en estos últimos tiempo se escuchan más en diferentes ámbitos, algunos ya conocen de qué se trata, otros las escuchan al pasar y otros quizás no saben que es el cuidado paliativo. Afortunadamente se hace más notorio gracias a la aprobación de la ley Nº 20.170 con fecha del 08/08/2023 declarándose un derecho universal de toda la población a recibir atención de cuidados paliativos todas las personas que padecen enfermedades graves, progresivas y avanzadas. Hay muchas definiciones de cuidados paliativos. Según la OMS consiste en el abordaje integral y multidisciplinario de pacientes y sus familias en momentos de mucha vulnerabilidad donde sentimientos, emociones, a veces, conflictos se hacen visibles por la situación estresante que atraviesan al enfrentar una enfermedad crónica avanzada sin posibilidades de curación. El objetivo del cuidado paliativo es aliviar el sufrimiento, crear condiciones de confort y seguridad de atención que permitan la adaptación al proceso de enfermedad avanzada, su evolución y del fin de vida. Respetando las creencias y valores de cada unidad de trabajo.
En la institución privada de nuestra ciudad ya contamos con una Unidad de Cuidados Paliativos desde hace 12 años, con una gran trayectoria y experiencia en el cuidado acompañamiento de familias donde tengo el privilegio de trabajar.
En el ámbito de salud pública la unidad como tal se formó hace poco más de 3años. El equipo está conformado actualmente por tres médicos, una psicóloga y tres auxiliares de enfermería. Dividas en dos turnos, dos equipos que asisten en el ámbito domiciliario y un equipo para la atención de pacientes en policlínica y durante la internación.
Se realizan Visitas diarias, según el requerimiento del paciente y su familia. Cada paciente y cada familia es única por lo que a la hora de plantearnos objetivos de trabajo, estos, siempre son adaptados a sus necesidades y demandas.
El control de síntomas físicos, es fundamental para aliviar el sufrimiento, pero no es la única dimensión importante. Las dimensiones emocionales, espirituales y sociales, son parte de la persona e influyen en la adaptación a la enfermedad y su evolución. Por lo que para nosotros es prioridad conocerlas, evaluar el impacto de ellas, y de ser necesario realizar un abordaje integral, en equipo junto al paciente y su familia.
Hace muy poco que conozco esta forma de trabajo y me siento privilegiada.
Aprendemos día a día de cada espacio que visitamos, de cada historia familiar, de cada paciente.
En nuestra labor es fundamental estar dispuestos a escuchar que nos trae el otro, sin juzgar, respetando cada casa a la que se nos permite entrar, a cada persona que acepta nuestra compañía. Importa saber que nuestras creencias y valores pueden o no ser compartidas. Reconocer y recordar que cada persona, como ser humano que es, tiene derecho a ser tratado con dignidad, con amor, reconociendo su historia de vida y de ser posible sanar al final del camino.
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