El término gramófono deriva de «Gramophone» que fue la primera marca que registró este revolucionario aparato de sonido y de los progresos materiales de la época (así se decía en esos tiempos). Fue patentado en 1888 por el alemán «Emile Berliner», basándose en el principio de la modulación horizontal. Dicho aparato, también se conocía por la denominación de «Gramola», y no es nada más, un aparato con una máquina sencilla que nos permitía reproducir con una buena calidad los sonidos previamente registrados en un disco plano y giratorio.
INVENTO
El invento de Berliner, fue la evolución mejorada del anterior fonógrafo creado por «Thomas Edison» y patentado en 1877 en París. Ambos dispositivos compartían algunas características, tal es así que el gramófono se fabricaba partiendo del mismo molde que se utilizaba para el fonógrafo, pero este introdujo el disco plano de pizarra, lo cual facilitaba la capacidad de componer producciones de forma masiva, además de mejorar el sistema, permitiendo a los músicos registrar sus trabajos a través de un fonógrafo, luego de varias sesiones de interpretación y grabaciones en los inicios del nuevo aparato. Su posterior evolución ayudó a eliminar grandes barreras a favor de la difusión de la música, sin olvidarnos, de sus ventajas respecto al fonógrafo: menor costo de producción y con un mecanismo mucho más sencillo de utilizar, favoreciendo a su popularidad desde 1888 hasta la mitad de la década de 1950, siendo desplazado por el tocadiscos que utilizaba discos de vinilo. En 1890 algunos comercios de la calle Uruguay del Salto Oriental, promocionaban el gramófono modificado».
Descripción fotográfica: Gulma Filippini Amaro, Ester María Amorim y Elena Armstrong en la piscina del Chalet «Las Nubes», escuchando música en un gramófono. Fotografía de la colección del Chalet Las Nubes.
Por Cary de los Santos Guibert.