Por Gustavo Varela
El resultado de las elecciones en nuestra hermana República Argentina, ha disparado un pequeño debate sobre lo bueno o lo malo de que los candidatos en cualquier elección, sean sinceros con sus propuestas a la ciudadanía.
Todo esto viene a relación, sobre si las primeras medidas que el novel presidente argentino resolvió aplicar va en línea o no a las propuestas llevadas a cabo en su campaña electoral.
Obvio, que en éstas líneas no voy a comentar ni analizar las mismas, pero dicho pequeño debate, me sirvió para unirlo, a una columna de opinión, publicada en Diario Cambio, del Secretario General de la Comuna, Gustavo Chiriff, donde analiza y propaga lo que iría a ser el congreso llevado a cabo posteriormente por el FA, donde según él, se elaboraría, en presunta unidad, el programa de gobierno que será puesto de manifiesto en la próxima campaña electoral nacional.
Chiriff en su columna establece: “Un programa que, además, confronta y propone sobre dos proyectos de país, uno que es el que hoy nos gobierna, salido de la coalición de derecha, donde se agudizan las desigualdades, de retroceso democrático, sobre todo en derechos legítimamente adquiridos por nuestro pueblo a través de la lucha y la movilización, un proyecto hecho a la medida del gran capital, para seguir maximizando sus ganancias e ingresos, en un claro perjuicio a la clase trabajadora. El proyecto de país que propone el Frente Amplio, es el de seguir profundizando en derechos ciudadanos, el de la distribución de la riqueza, el de la defensa de la soberanía, transformación productiva y profundización democrática”.
Indudablemente que el escriba comunista, elabora frases muy bonitas, que siempre suenan bien en los oídos de los más necesitados, de los desprotegidos, de quienes padecen necesidades reales, y con quienes hay que seguir trabajando, para dotarlos de las herramientas necesarias para que puedan pelear en la vida y sacar adelante sus sueños, eso es algo que con toda seguridad todos lo pensemos y actuemos en consecuencia.
Lo que no le llevo al Secretario de ultra izquierda de la comuna salteña, es que las políticas que propugnamos y aplicamos quienes no son comunistas, agudicen las desigualdades o hagan retroceder a la democracia, sobre todo en derechos legítimamente adquiridos, como él lo expresa.
¿A qué derechos adquiridos hace alusión?
¿Será que se refiere a los de la cuñada y la esposa del Intendente de Salto, cuando benéficamente (con el dinero ajeno) les hicieron un “puentecito”, para no perder ingresos “mientras tanto”, como lo expresó el Intendente Lima, que la izquierda quiere conservar?
¿Será que quieren seguir profundizando en derechos ciudadanos y en la distribución de la riqueza, llevando a cabo designaciones de “suegros o una especie de suegros” de aquellos que tuvieron que separar de los cuadros dirigenciales del gobierno departamental, por sospechas de corrupción?
¿Esa es la manera de distribuir riqueza que el FA propone?
Eso sí, Chiriff, nos recuerda, que fue un programa “único, de construcción colectiva”, y a los pocos días la discusión pública entre uno de los pocos moderados con uno de los ultras, que hoy gobierna dicha fuerza política, echa por tierra dicho concepto.
Quizá y sin quizás, prefiero una campaña electoral donde se le hable claro al electorado, diciéndole abiertamente lo que tiene que escuchar el pueblo y no lo que quiere el dirigente político que escuche el soberano.
Que los “sanateros” sigan enredados en sus sanatas.
La verdad, tarde o temprano, siempre emerge.
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