
La única camiseta de fútbol de Uruguay que se conservaba de los Juegos Olímpicos de París de 1924, la blanca que ganó el oro, quedó sin comprador en un remate realizado en Zorrilla Subastas, en Montevideo.
La casaca correspondía al delantero Ángel Romano, de la final que Uruguay ganó por 3-0 a Suiza en el estadio de Colombes.
La base estaba en 90.000 dólares, pero nadie acudió a ella.
En cambio, otra camiseta uruguaya, la del Mundial de 1930, fue vendida en 50.000 dólares, el precio base. Un cliente europeo de origen inglés fue el comprador, vía telefónica.
La prenda perteneció al defensa uruguayo Ernesto Mascheroni. De algodón y sin número dorsal, lleva la etiqueta de la firma inglesa St. Margaret, que entonces vestía tanto a los equipos europeos como sudamericanos.