domingo 15 de septiembre, 2024
  • 8 am

Suicidio: psicóloga destaca “señales de alerta” para detectar a una persona con inestabilidad emocional

Por Melisa Ferradini
El suicidio es un problema de salud pública. A nivel mundial, se producen más de 700.000 suicidios al año. Cada pérdida de vida no solo es una tragedia en sí misma, sino que tiene efectos devastadores en familias y comunidades enteras. El acto suicida, suicidio o intento de autoeliminación (IAE) se continúa viendo como un tema tabú a pesar de las múltiples acciones que se han estado llevando a cabo al respecto, los casos son numerosos y todavía hay omisión de hablar de la problemática como tal. En Uruguay, el suicidio presenta una de las tasas más elevadas del continente, lo que es aún más preocupante si se considera la cantidad de habitantes del país en relación a otros de América.
CIFRAS
De acuerdo con los datos definitivos elaborados por el Departamento de Estadísticas Vitales del Ministerio de Salud Pública (MSP) referentes al año 2023, se registraron 763 fallecimientos por suicidio en Uruguay, lo que corresponde a una tasa de 21.39 por cada 100.000 habitantes. Al comparar estas cifras con las del año anterior se evidencia una reducción de 60 casos, lo que indica una disminución de 7.3% en la incidencia de suicidios en el país. En cuanto a la distribución según sexo, históricamente la tasa de mortalidad por suicidio ha sido más alta en hombres que en mujeres. En 2023 los hombres representaron el 75% del total, mientras que las mujeres el 25%.
POR EDAD
Respecto a la distribución según edad la tasa de suicidio más alta se ubicó en personas de 75 a 79 años, seguido de la franja de 85-89 años con una tasa de 33.9 cada 100.000 habitantes. El tercer lugar lo ocupó la franja 25-29 con una tasa de 32.5 cada 100.000 habitantes. En cuanto a la distribución territorial, el departamento con la tasa más alta fue Lavalleja (39.5 c/100.000 habitantes), seguido de Rocha (37.6 c/100.000 habitantes) y Paysandú (37.3 c/100.000 habitantes). Es más frecuente en adolescentes ya que la adolescencia es entendida como una población vulnerable, en consecuencia, de la gran cantidad de cambios que se atraviesan en la etapa, lo que supone mayor susceptibilidad frente a la exposición de diferentes riesgos. En dialogo con CAMBIO la Licenciada en Psicología de 32 años egresada de la UDELAR, nos relata sobre la gran problemática que vive nuestro país.
TALLERES Y CHARLAS DE APOYO
Son importantes y fundamentales realizar encuentros sobre esta problemática, enfatiza. Para ello las llevo a cabo. La invitación surgió en marzo, cuando el sindicato policial de Bella Unión le pidió a una amiga que diera una charla para abordar los problemas emocionales que enfrentaban los oficiales. Debido a sus compromisos laborales, su amiga no pudo preparar la charla, por lo que Jessica decidió intervenir. Además, en la misma localidad, una joven trabajaba en un proyecto de salud mental financiado por la Universidad de la República (UDELAR) y necesitaban a una psicóloga para brindar apoyo y hablar sobre el tema. Me pidieron que hiciera la información lo más accesible posible para que ellos pudieran entenderla sin mucha terminología técnica. Querían que fuera algo práctico, que pudieran aplicar, especialmente en situaciones donde un compañero pudiera estar en crisis. Así que estructuré la charla para ser clara y directa, enfocándome en qué podían hacer en esos momentos.
PREVENCIÓN DEL SUICIDIO
Justo cuando me gradué, un compañero que es trabajador social me contactó para ayudar en un proyecto sobre salud mental. “Ellos notaron que muchos jóvenes estaban pasando por situaciones estresantes y necesitaban alguien con quien hablar, un profesional que pudiera escucharles y guiarles”. Me pidió que fuera un par de veces y ahí fue cuando realmente me interesé en dar talleres. Todo esto lo he hecho de forma honoraria, porque creo que es muy importante y necesario. “Me he especializado en la prevención del suicidio y en la intervención en crisis”. Aunque no he dado muchas charlas sobre este tema en específico, sí he tenido la oportunidad de hacerlo varias veces. Mi enfoque ha sido principalmente sobre la prevención de intentos de autoeliminación, que es un término que utilizamos para hablar de intentos de suicidio de una manera más clínica y respetuosa. Desde su perspectiva como psicóloga, Yesica considera que las personas que contemplan el suicidio lo hacen porque no ven otra salida a su sufrimiento.
SIGNOS Y SEÑALES DE ALERTA
La persona que contempla el suicidio lo hace porque no ve otra salida a su sufrimiento. «Generalmente, no quieren terminar con su vida, sino con el dolor que están experimentando», comenta. Además, subraya la importancia de estar atentos a los signos y señales de alerta, como cambios drásticos en el comportamiento, expresiones de desesperanza, aislamiento y hablar sobre querer morir o no tener motivos para vivir. Cuando alguien expresa estos sentimientos o intenta suicidarse, muchas veces es un pedido desesperado de ayuda. No siempre saben cómo pedir esa ayuda, y por eso es fundamental estar atentos a los signos y señales de alerta. Los signos pueden variar, pero generalmente incluyen cambios drásticos en el comportamiento, expresiones de desesperanza, aislamiento, y hablar sobre querer morir o no tener motivo para vivir. Es importante estar atentos a estas señales y ofrecer apoyo y recursos a quienes lo necesitan, finaliza.