Sonia Acosta Borghi es Maestra desde el año 2003, actualmente se desempeña como maestra de Apoyo Itinerante con niños TEA y Socio Emocionales, en diálogo con CAMBIO recordó cómo fueron sus inicios en la profesión. “Comencé a estudiar la carrera de Magisterio en el 2001, con 33 años, casada y con tres niños; decidí retomar los estudios ya que era un aspecto que había quedado en stand-by justamente por atender el hogar y la familia. Luego de recibida no sólo aportaría económicamente sino que también cumpliría el deseo de ser maestra, vocación que tuve desde niña. Me dedique a estudiar con compromiso y responsabilidad, contando siempre con el apoyo de mi esposo y de toda la familia. Logré aprobar y recibirme a los tres años que en ese tiempo era lo establecido para la carrera”.
PRIMERAS EXPERIENCIAS
“Mi primera experiencia de trabajo fue en la escuela N° 52 situada en Cuchilla de Guaviyú a 151 kilómetros de la ciudad de Salto, donde convivía con otras maestras de lunes a viernes. Luego trabajé en otras escuelas rurales, también en Belén y Constitución. Para volver de esta última localidad, mis compañeras y yo hacíamos “dedo” con el fin de llegar temprano a Salto, antes que el ómnibus que arribaba a la hora 19:00. En cuanto a las escuelas trabajé en Rurales, Tiempo Completo, A.PR.EN.DER (Atención Prioritaria en Entornos con Dificultades Estructurales Relativas) y en Especiales: N.º 116 para personas sordas y con alteraciones de Lenguaje, N.º 126 para estudiantes T.E.A y con dificultades socio emocionales”, expresó.
CAMBIOS
Consultada acerca de los cambios que ha tenido la enseñanza, expresó. “Sí, ha cambiado. Antes tenía mayor importancia los contenidos organizados en las diferentes disciplinas, actualmente se considera al estudiante como centro en los procesos de enseñar y de aprender, donde es relevante la formación en competencias. Es decir se parte de la interrogante ¿Qué persona queremos formar?. Un ciudadano competente en diversos aspectos, que desarrolle las competencias intra e interpersonal, la creatividad, la criticidad, las habilidades tecnológicas; o sea que no sólo aprenda a leer, escribir, realizar cálculos matemáticos. La Educación va mucho más allá, para formar personas integrales, autónomas, empáticas, que puedan desenvolverse con asertividad en un mundo cada vez más complejo”.
ACOMPAÑAMIENTO PEDAGÓGICO
“Hace 20 años que ejerzo la profesión, actualmente trabajo en la Escuela Especial Nº 126, Centro nacional de recursos, como maestra de Apoyo Itinerante. Como lo indica la palabra realizo itinerancia en otras escuelas (Nº 120, Nº 88) y Jardines (Nº 132, N.º 130) donde se hace acompañamiento pedagógico a niños TEA y Socio Emocionales que están incluidos en dichos centros educativos, de forma coordinada con las docentes de aula y equipos de dirección. La mayor parte de mi vida laboral fue en el Área de Educación Especial, área que me gusta mucho porque se trabaja con los niños y familias más vulnerados de la sociedad. Siento que es desde este lugar que se le puede brindar un espacio no sólo de aprendizaje sino también de escucha, de empatía, donde se expresen de la manera que puedan según sus condiciones y son comprendidos”, destacó.
Locales Titulares del día