El día después y los blancos a las cuchillas
Por Pablo Perna
El domingo pasado fue excepcionalmente diferente y esperado ansiosamente por cinco largos años. Si bien no integré ningún cargo de responsabilidad de gobierno durante ese tiempo, trabajé arduamente durante el 2019 para que la Coalición llegara a la presidencia, al igual que ahora trabajamos, no solamente de manera gratuita, sino invirtiendo fuertes sumas de dinero y tiempo para que también se mantuviera.
Lamentablemente no todos los que tuvieron el privilegio de tener un cargo rentado de responsabilidad de Gobierno estuvieron a la altura de la circunstancias para salir a defender a su “Partido”, sino que muchos se escondieron haciendo caja o manteniendo un perfil bajo por si ganaba la izquierda no los despidieran; a estos, sus temores se concretaron, en virtud que quedarán sin empleo a partir de marzo de 2025 y que según informes periodísticos serán más de 300 salteños que fueron colocados por el Gobierno de Lacalle Pou y que serán cesados para ser sustituidos por frenteamplistas.
Los blancos, como ha sido su principal costumbre histórica de creerse que pelean y dan la vida por sus ideales, “¡no por sus intereses!” y que “siempre” están dispuestos a ir hasta las cuchillas, esta semana han sido fiel a su ilusa tradición y ejemplos sobran. El intendente de Paysandú Nicolás Olivera criticó la actitud cobarde que había tenido su correligionario nacionalista el Senador Sebastián Da Silva por haberse retirado del comando de la Coalición el mismo domingo y a los gritos. El senador le respondió: “Cobarde es estar comiendo canapé viendo cómo te ganan en Paysandú. La cara de la derrota es la del Intendente que pierde en su comarca”. Olivera no se quedó atrás por lo que también le respondió diciendo entre otras cosas: “A mí no me representa casi nada lo que diga el senador Da Silva. Un hombre que se va, un día importante para la coalición, para el país, para nuestro partido, se va de un comando diciendo “yo no voy a ser la cara de la derrota”… te diría es una actitud cobarde”. El intendente de Durazno Carmelo Vidalín tampoco se quedó atrás y también le pasó factura de la derrota a Lacalle Pou, afirmando: “Dejó toda la estructura que venía del gobierno del Frente Amplio, lo único que cambió fue ministros, subsecretarios y directores de Secretaria”; y sobre Delgado afirmó: “Ninguno de los delfines electos por los presidentes en funciones son los que triunfan” y cuestionó la designación de Valeria Ripoll como candidata a la vicepresidencia.
Si estas fueron las declaraciones de referentes de primera línea del Partido Nacional, podríamos escribir varias columnas de epítetos de referentes de segunda, tercera y cuarta línea de la estructura partidaria, la que se pudo leer hasta los que ofrecieron “bala” para aquellos dirigentes en cargos de confianza que no salieron a trabajar para defender a su gobierno.
¿Qué pasó en Salto que el Frente Amplio ganó a la Coalición por 959 votos, cuando en octubre había perdido por 9.000? Fue culpa de Carlos Albisu? No debemos ser ingenuos, en todos los departamentos del país el Frente Amplio ha ganado a la Coalición obteniendo más votos que en el mes de octubre, inclusive ha ganado en intendencias históricamente blancas. Este patrón de conducta nacional prueba que han fallado las cabezas en la capital y no las dirigencias locales. Perdido el partido a nivel nacional, ahora nos espera la Intendencia, por lo que realizaremos una pausa para que fin de año se lleve todas las amarguras y retomar para que en mayo de 2025 la Coalición Republicana Gobierne Salto. Barra: ¡A no aflojar!