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Dr. Alfredo Fratti - Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca: "El mundo va hacia los bioinsumos, y Uruguay no puede quedarse atrás"

El ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Dr. Luis Alfredo Fratti, destacó la necesidad de acelerar la transición hacia el uso de bioinsumos en los sistemas productivos uruguayos, tanto en la agricultura como en la ganadería. "Tenemos que ir hacia ahí. Hacia ahí va el mundo: tratar de sustituir lo medicamentoso por bioinsumos, tanto en ganadería como en agricultura", afirmó Fratti. 
El jerarca explicó que Uruguay comenzó a avanzar en este proceso mediante un convenio con Brasil, país que cuenta con una legislación más desarrollada en la materia y experiencia concreta en la aplicación de estos productos biológicos. "Vamos a comparar qué es lo que tenemos nosotros y qué es lo que tienen ellos, para tratar de darle la mayor celeridad posible, porque está claro que cuando registramos productos tenemos que cambiar la cabeza: un medicamento o un agroquímico no es lo mismo que un bioinsumo", señaló.
Desafíos regulatorios y cooperación con Brasil
Uno de los principales desafíos mencionados por Fratti es la falta de un protocolo claro de registro para los bioinsumos, dado que el sistema actual fue diseñado para productos químicos o medicamentos convencionales. "Ni los resultados son iguales, ni se pueden esperar los mismos resultados, y tampoco pueden ser iguales los registros. Y nosotros tenemos registros para lo que hemos hecho hasta ahora; no tenemos un protocolo muy claro para los bioinsumos", advirtió.
En ese sentido, el ministro valoró la posibilidad de trabajar junto al Ministerio de Agricultura de Brasil, país que cuenta con una normativa moderna en este campo. "Los brasileños en eso nos pueden dar una mano. Si se confirma la venida para el 3 de diciembre del viceministro de Agricultura de Brasil, podríamos conversar nuevamente con él mano a mano, porque fue el que impulsó la ley y el que más ha trabajado con los bioinsumos más allá del ministro", indicó Fratti, agregando que existe un alto grado de receptividad y cooperación entre ambos gobiernos.
El jerarca expresó su optimismo sobre los avances que esta colaboración puede generar: "Estamos muy contentos con la receptividad que hemos tenido y con este ejercicio de salir". A su entender, el intercambio internacional no solo es útil para el fortalecimiento técnico, sino también para posicionar al país en un mercado que valora cada vez más la producción sostenible y con baja carga química.
Aplicaciones y experiencias en Uruguay
Fratti destacó que el uso de bioinsumos ya comenzó a implementarse en distintas áreas productivas del país. "En ganadería, por ejemplo, hay gente que está usando bioinsumos para el combate a la garrapata, y la hemos puesto en primer lugar, porque si esto da resultado nos ayudaría muchísimo", expresó. Asimismo, mencionó avances en la horticultura, fruticultura y agricultura, aunque reconoció que estos sectores "están un paso más adelante" en comparación con la ganadería.
Los bioinsumos, que incluyen inoculantes, bioestimulantes y bioplaguicidas, se perfilan como herramientas clave para reducir el uso de agroquímicos, mejorar la salud del suelo y promover una producción más sustentable. En Uruguay, según la última encuesta agrícola del MGAP (2025), el 76% de las explotaciones agrícolas declara conocer o haber oído hablar de bioinsumos, mientras que el 66% afirma haberlos utilizado en los últimos dos años. Entre los usuarios, el 47,8% empleó únicamente inoculantes, el 20,1% utilizó solo bioestimulantes y el resto combinó ambos productos.
Además, se aplicaron bioinsumos en unas 760 mil hectáreas agrícolas, principalmente en el cultivo de soja, donde los inoculantes funcionan como puerta de entrada para nuevas estrategias de manejo biológico. Sin embargo, un 40% de los productores declara no utilizarlos por falta de información, lo que evidencia la necesidad de fortalecer la difusión y la capacitación técnica en el sector. "La barrera informativa pesa mucho más que la económica", señala el informe del MGAP, que destaca que la falta de conocimiento multiplica por cinco el peso de los costos en la decisión de adopción.
Hacia un marco de políticas sostenibles
El ministro subrayó que el Plan Nacional de Bioinsumos, impulsado por el MGAP en coordinación con el Ministerio de Ambiente y con apoyo técnico de la FAO, busca construir una hoja de ruta hacia 2035. La iniciativa apunta a promover la investigación, la producción local y la adopción de bioinsumos en toda la cadena agropecuaria. Durante el taller de prospectiva, representantes del sector público, privado y académico discutieron tendencias, oportunidades y desafíos, generando una visión compartida sobre el futuro de estos productos en el país.
"Tenemos que cambiar la cabeza", insistió Fratti. "Un bioinsumo no se comporta igual que un agroquímico, ni se pueden esperar los mismos resultados. Pero si logramos tener un marco adecuado, una regulación ágil y productores informados, Uruguay puede estar a la vanguardia regional".
El jerarca explicó que la adaptación del marco normativo será clave para atraer inversión y facilitar el registro de productos biológicos. "Cuando nosotros registramos productos, tenemos que cambiar la cabeza de lo que era un medicamento o un agroquímico. Los resultados son diferentes, los tiempos son distintos, y por tanto los protocolos también deben ser distintos", reafirmó.
Una apuesta de largo plazo
El impulso a los bioinsumos se enmarca en una estrategia más amplia de transformación hacia sistemas productivos sostenibles, que integren la innovación tecnológica, el conocimiento científico y la cooperación internacional. Uruguay, con su reputación de productor confiable y sus condiciones naturales, busca posicionarse como referente regional en este campo emergente.
Fratti concluyó con una visión de futuro optimista, convencido de que el país está dando pasos firmes hacia un nuevo paradigma productivo:
"Estamos muy contentos con la receptividad y con este ejercicio de salir. Si logramos integrar los esfuerzos públicos y privados, Uruguay puede ser un ejemplo de cómo producir con menos químicos, más conocimiento y mayor valor agregado".