
Tal cual se ha venido mencionando, el conflicto entre trabajadores e industrias continúa y por ende las dificultades para la carga de animales con destino a faena, que en algunos casos deben retornar a origen, teniendo que esperar 45 días para volver a ser cargado nuevamente. A pesar de que todas las plantas frigoríficas están siendo afectadas, en algunas tienen un menor impacto, ya sea por el relacionamiento de los trabajadores con los propietarios o por la cantidad de personal afiliado al gremio.
En el caso de Frigorífico Casa Blanca (Fricasa) en Paysandú, se ha logrado continuar con las actividades, a un ritmo menor que en semanas normales, lo que, de alguna manera, también está determinando incumplimientos de contratos con el exterior. Carlos Mauro Fuidio Aguinaga, director de Fricasa, indicó que «los problemas son de larga data y se agudizaron desde hace aproximadamente un mes», y explicó que los paros sorpresivos «realmente dificultan la programación y complican a todo el mundo, así que esperemos que esto se pueda solucionar lo más rápido posible».
Indicó que «se han realizado más de 25, quizás 30 reuniones en las cuales las partes no lograron llegar a un acuerdo, y se llega a este momento con estos paros, y en donde en nuestro caso tratamos de organizarnos de otra manera y programamos faenas un poco más chicas». Fuidio señaló que Fricasa tiene un importante componente de sus trabajadores que «no están sindicalizados», lo que les permite realizar faenas con esos trabajadores, «por lo que no hemos tenido que retornar ningún ganado».
En el caso particular de la empresa, el conflicto afecta en «situaciones en donde se tiene que embarcar, de repente, un contenedor de carne y esto capaz que nos atrasa un poco, bajando la actividad a nuestra programación normal de una semana». En este sentido colocó como ejemplo que, en la semana, la actividad normal de la planta es faenar entre 1.400 y 1.500 vacunos, pero que debido a esta situación se están faenando entre 1.000 y 1.200 reses, lo que «repercute en incumplimientos de contrato».
Fuidio expresó que la mayor preocupación de la industria es el del ausentismo del personal. «Tenemos por diferentes motivos un ausentismo en el entorno del 25%. Eso significa que para el trabajo de 100 personas vos tenés que tener 125 personas, con todo lo que lleva en cuanto a costos extras».
Aclaró que «es un problema que viene de hace muchos años y que la verdad que no se ha encontrado una solución para bajar ese ausentismo, el cual históricamente oscila entre el 25 y el 30%».
2024, un año atípico
Al evaluar el año 2024, el industrial explicó que «fue un año bastante atípico en general, un año normal en cuanto a faena y cargas; lo llamativo y diferente de 2024 respecto a por ejemplo 2023 es que se terminó la dependencia de China. Hasta mediados de 2023 el porcentaje de las exportaciones a China oscilaba entorno de un 65 a 70%, tanto a nivel país como a nivel particular de nosotros».
«Eso a mediados de 2023 empezó a decrecer y ya en 2024 se consolidó por diferentes motivos, pero básicamente por el bajo impulso de China. La nación asiática si bien siguió comprando volumen, lo hizo a otros valores, entonces pasaron a ser más determinantes otros mercados como básicamente Estados Unidos, pero también Europa. Incluso en nuestro caso con una importante presencia en Chile, por lo que hoy te diría que está repartido el mercado, lo cual parecería ser una cosa más sana».
Entiende importante «no depender tanto de un mercado, por lo que está repartido en tres grandes bloques que son China, Estados Unidos. Cuando digo Estados Unidos me refiero al Nafta, incluso a Canadá también embarcamos, y Europa».
Respecto a los cortes que llevan los mercados, dijo que «tradicionalmente Chile se lleva todo el animal. Todo sin hueso, se lleva todos los cortes, a excepción del brazuelo que va para China, de los asados que quedan en el mercado interno y de la picaña que termina siendo para Brasil».
«Después China se va con hueso y lleva casi todos los cortes, a excepción del Rump and Loin (el lomo, el bife angosto y el cuadril), que son los cortes más caros. Y eso va básicamente para Europa».
Manifestó que «es muy variable y a veces aparecen nichos, oportunidades en diferentes mercados, por decirte Colombia o Noruega y Finlandia que llevan los lomos más chicos. Es un trabajo diario que hay que hacer, tratando de colocar cada corte en los mercados que son más apetecibles. Por eso hay que estar siempre atento a cómo van evolucionando los mercados».