
Por Melisa Ferradini
El verano trae días de sol, calor y actividades al aire libre, pero también representa un desafío para nuestra alimentación y bienestar. Durante las olas de calor, es fundamental saber qué comer y cómo cuidar nuestra hidratación para evitar golpes de calor y mantenernos saludables. Es fundamental durante el verano tener en cuenta cómo mantener una alimentación adecuada en días de altas temperaturas y olas de calor. Por eso en esta entrevista con CAMBIO, la Licenciada en Nutrición Sofía Etchevers, dialogamos sobre los alimentos ideales para esta temporada.
HIDRATACION
Con el aumento de las temperaturas en verano, mantener una correcta hidratación y elegir una alimentación adecuada son fundamentales para cuidar nuestra salud y evitar problemas como la deshidratación o el golpe de calor, relata. El requerimiento diario de agua para una persona promedio es de al menos dos litros. En días de calor o con actividad física intensa, esta cantidad puede aumentar a entre dos y tres litros, dependiendo de las pérdidas de líquido a través del sudor. Esto equivale a unos ocho vasos de agua al día, que pueden distribuirse en cuatro vasos por la mañana y cuatro por la tarde o mediante botellas de medio litro a lo largo del día. Hoy en día, existen aplicaciones móviles que pueden ayudarnos a recordar beber agua antes de sentir sed, ya que la sed es un síntoma temprano de deshidratación.
ALIMENTOS FRESCOS
La alimentación también desempeña un rol crucial, enfatiza. En días calurosos, el cuerpo pierde agua y electrolitos, como sodio y potasio, a través del sudor, por lo que es fundamental consumir alimentos que ayuden a mantener el equilibrio hídrico y energético. Las comidas frescas y ligeras, como ensaladas y frutas ricas en agua, no solo aportan hidratación, sino que también ayudan a regular la temperatura corporal y previenen la fatiga. Las aguas saborizadas caseras son una excelente opción. Se preparan con agua potable, frutas de estación como cítricos, hierbas aromáticas como menta, jengibre o romero, y sin azúcares añadidos. Además de ser refrescantes, estas aguas aportan vitaminas, minerales y beneficios como propiedades antiinflamatorias y analgésicas. El verano es ideal para optar por frutas y verduras crudas, que conservan mejor sus propiedades nutricionales. Además, es recomendable incluir proteínas ligeras como pollo, pescado, lentejas o garbanzos, y grasas saludables provenientes de frutos secos, semillas y aceites de buena calidad.
CONSEJOS SEGÚN LA EDAD
Es muy importante mantener una alimentación saludable según la edad durante la estación del verano, destaca la Licenciada. El consejo que les comparto es el siguiente: en los niños mantener una buena hidratación, evitar alimentos procesados y fomentar el consumo de frutas y alimentos ricos en vitamina C, que también protegen la piel. Los adultos mayores son más vulnerables a la deshidratación debido a una menor sensación de sed. Ofrecerles alimentos frescos, hidratación constante y evitar comidas copiosas es clave. En personas con enfermedades crónicas hay que controlar el consumo de sal, azúcar y alimentos con bajo índice glucémico es fundamental para evitar picos de glucosa y retención de líquidos.
ERRORES COMUNES
El consumo de refrescos, jugos procesados y alimentos ultraprocesados son los errores más frecuentes en verano. Estos productos, además de ser ricos en calorías, grasas trans y conservantes, pueden afectar la salud renal, ósea y cardiovascular. “La alimentación ideal para el verano es la siguiente: en el desayuno, consumir yogur descremado con frutas frescas como melón o sandía y un poco de granola sin azúcar. El almuerzo consumir ensaladas coloridas con pollo, pescado o legumbres como lentejas. La cena, opciones ligeras como omelettes con ensaladas o verduras salteadas con arroz integral y las colaciones; frutas frescas, frutos secos, barritas de cereal o licuados naturales”, enfatiza.