miércoles 19 de febrero, 2025
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La soja repunta con fuerza en Chicago

Sol

El día posterior a la asunción presidencial de Donald Trump, los precios de la soja en Chicago registraron un fuerte aumento de 12 dólares por tonelada, con el contrato de mayo cerrando a 396 dólares. Este significativo repunte no solo refleja la influencia de condiciones climáticas en Sudamérica, sino también las primeras señales de lo que promete ser un período de volatilidad alimentado por las decisiones políticas de la nueva administración en Estados Unidos. Los mercados ya comienzan a ajustar sus expectativas frente al incierto panorama que deja la relación de Estados Unidos con sus principales socios comerciales.
En el ámbito climático, los precios de la soja fueron impulsados por la insuficiencia de las lluvias del último fin de semana en zonas productivas de Argentina y por los retrasos en la cosecha brasileña debido a excesos de humedad en el centro-norte del país. En Mato Grosso, el principal estado productor de Brasil, la recolección avanzó sobre solo el 1,5% del área apta, en contraste con el 10,9% alcanzado en igual período del año anterior. Este es el progreso más lento registrado desde la temporada 2010/2011, según datos de la consultora AgRural.
Mientras tanto, la Asociación Brasileña de Industrias de Aceites Vegetales (Abiove) incrementó sus estimaciones de cosecha en Brasil, llevándola a un récord de 171,70 millones de toneladas, superando incluso las proyecciones del USDA y de la Conab. Este crecimiento refuerza la posición dominante de Brasil en el comercio internacional de soja, con exportaciones esperadas de 106,10 millones de toneladas, según Abiove, también por encima de las cifras de otros estimadores.
Por otro lado, el factor político no fue menos determinante. Aunque se descartó de momento la imposición de aranceles a China, se mantienen tensiones respecto a México y Canadá, dos socios clave bajo el NAFTA. Una eventual imposición de aranceles de hasta el 25% desde el 1.º de febrero podría alterar significativamente el flujo de aceites vegetales y fomentar un mayor uso del aceite de soja producido en Estados Unidos. Estas perspectivas han generado especulación e incertidumbre, afectando las dinámicas del mercado.
En el discurso inaugural, Trump dejó clara su intención de priorizar el desarrollo de fuentes de energía convencionales, como el petróleo y el gas, sobre alternativas renovables. Esto podría representar un golpe para la industria del biodiésel basada en aceite de soja, que depende en gran medida de incentivos fiscales para su desarrollo, agravando así la incertidumbre en el sector agroindustrial.
En tanto, en Argentina, la previsión de producción de soja fue ajustada ligeramente a la baja, con el estimador privado Michael Cordonnier reduciendo su proyección a 51 millones de toneladas, un millón menos que la cifra oficial del USDA. Este ajuste responde a los desafíos climáticos que enfrentan las principales áreas productivas del país, en contraste con la perspectiva más optimista de los vecinos brasileños.