domingo 16 de febrero, 2025
  • 8 am

Nuevo estudio europeo reafirma los beneficios del vino para el corazón

Un reciente estudio llevado a cabo por la Universidad de Barcelona ha demostrado que el consumo moderado de vino puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, según evidencia científica publicada el 18 de diciembre en el European Heart Journal. La investigación, liderada por un equipo de expertos en nutrición y salud cardiovascular, analizó durante cinco años a 1.232 individuos, utilizando mediciones precisas de laboratorio en lugar de simples declaraciones de consumo. Los resultados fueron contundentes: ingerir entre media copa y una copa de vino al día con las comidas disminuye hasta en un 50% el riesgo de infarto, accidente cerebrovascular e insuficiencia cardíaca.
Este hallazgo representa un avance significativo en la comprensión del papel del vino dentro de la dieta mediterránea. A lo largo de los años, la relación entre el consumo de alcohol y la salud ha sido un tema controvertido, con posturas que han oscilado entre la condena absoluta y la moderada aceptación de sus posibles beneficios. Sin embargo, lo que diferencia a este estudio de otros es su rigor metodológico, basado en la medición de ácido tartárico en la orina como marcador biológico del consumo de vino.
El equipo de investigadores estuvo conformado por Rosa María Lamuela, catedrática de ICREA Academia y miembro del INSA; Inés Domínguez, de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Barcelona; Ramón Estruch, de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la misma universidad; y Miguel Ángel Martínez, de la Universidad de Navarra. Todos ellos forman parte del Centro de Investigación Biomédica en Red de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN), y han trabajado en conjunto para esclarecer los efectos del vino en la salud cardiovascular.
Uno de los aspectos más relevantes del estudio es que los efectos beneficiosos del vino solo se observan con un consumo moderado. Se determinó que aquellos que bebían entre una copa a la semana y menos de media al día experimentaban una reducción del 38% en el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, cuando el consumo sobrepasaba una copa diaria, el efecto protector desaparecía. Además, se observó que en las mujeres la relación entre consumo moderado y reducción del riesgo era menos pronunciada, probablemente debido a una menor incidencia general de enfermedades cardiovasculares en este grupo.
El Dr. Ramón Estruch destacó que este estudio encontró un efecto protector del vino mucho mayor al observado en investigaciones previas. Además, explicó que el consumo moderado de vino podría considerarse beneficioso a partir de los 35 o 40 años, según indican otros estudios recientes. A diferencia de investigaciones anteriores, este trabajo no incluyó a ex alcohólicos, evitando así posibles distorsiones en los resultados.
Desde la comunidad científica, el uso de un biomarcador objetivo como el ácido tartárico urinario ha sido reconocido como un avance metodológico clave. El Dr. Giovanni de Gaetano, jefe del Departamento de Epidemiología y Prevención del IRCCS NEUROMED en Italia, elogió esta metodología, destacando que marca un antes y un después en la forma de estudiar la relación entre el consumo de alcohol y la salud.