
El hospitalero fue mucho más que su rival. Los de celeste escasearon de oportunidades de gol producto de la inconsistencia en su juego. El verdirrojo por su parte, gozando de mejor condición física pero también de un juego que explotó mucho mejor el ancho del campo -sobre todo en los laterales-, generó una gran cantidad de chances de gol. ¿Cuál fue el problema? La imprecisión.
Los dirigidos por Silgoria encontraron un gol en contra de Domínguez quien peinaba hacia atrás un córner y descolocaba a De Cuadro. Eso les permitió plantear un partido más lento y desesperar a un rival que jugaba mejor. Situaciones claras de gol asediaron la valla de Ferreira, pero la falta de puntería de jugadores como Rosas o Gómez le negaban la alegría a la hinchada. Fue el oportunismo de De los Santos, con un golpe de cabeza anticipando al arquero, quien puso el empate que no bastaba para los méritos y aspiraciones de Almagro. Palomar de momentos buscó algún contragolpe que le permitiera el triunfo, sin éxito. Encontró sí un buen desempeño en la defensa, en nombres como Da Cunha. A Almagro le impedirían una última oportunidad clara sobre el final, cuando dos jugadores se iban al mano a mano contra Ferreira cuando el árbitro pitó el final apresurado, desatando la queja colectiva del equipo que ejerció de local.
Adrián Canosa